—Tienes miedo, pero la pregunta correcta sería: ¿A qué le tienes miedo, Emma?—Emma se quedó callada al escuchar aquella pregunta. —No le tengo miedo a nada, Max. —Ven, —dijo él levantándose de un movimiento elegante y ofreciéndole la mano para que la aceptara. —No voy a tomar tu mano, no quiero que nadie vea que…—él presionó sus labios con dureza. —Max—usó su nombre en advertencia. —Quiero presentarte a mi padre. —Emma alzó sus cejas con sorpresa. —Ya conozco a tu padre, gracias. —Anda, demuéstrame que no tienes miedo. —ella mordió su labio y negó. —No tengo por qué demostrarte absolutamente nada. —ella replicó empezando a molestarse de verdad. —Así que ella es Emma—escucharon la voz de Adler, Emma se puso de pie de un movimiento rápido, cuando miraron hacia ellos, estaba Ja

