Maciel me trajo un cambio de ropa, ya que no tenía nada que ponerme cuando me dio de alta y me trajo un par de sandalias, dice que hace calor y le creo, todos se quejan por eso.
Me dijo que la esperara unos minutos en lo que entregaba turno y ella me llevaría de compras y esas cosas o como ella lo llamo, el nacimiento 2.0 de Keres.
—¿Lista?.
—Nerviosa— le contesto.
—Todo estará bien, tienes a una doctora a tu lado.— me abraza mientras caminamos a la salida—¡Keres 2.0 ha nacido!.
Levanto la vista para al cielo, me es imposible no sonreír, el sol se siente diferente ahora que sé que estoy fuera del hospital, que no tengo una bata y una intravenosa pegada al cuerpo.
—Mi coche está aquí— le quita la alarma.
—¿Cuánto ganas como doctora?— le pregunto al mirar su carro.
—Lo suficiente, pero este— me abre la puerta —Fue un regalo.
¿Sabré manejar? Si sé será ¿estándar o automático? ¿Y solo sé manejar motocicleta?.
—¿Qué piensas?.
—¿Sabré manejar?.
—Yo digo que no— me dice y arranca —Pero hagamos una prueba, ¿El acelerador está del lado izquierdo o derecho?.
—¿Izquierdo?.
—Derecho.
—Si por eso decía que no sé manejar— le digo riéndome.
—Una vez confundí el acelerador y el freno cuando me enseñaron a manejar, mi profesor no regreso a enseñarme, mi madre me dio un discurso sobre el dinero, parecía entender que yo no fui la que dejo abandonada el trabajo.
—Es que mira, casi pierde la vida.
—Era muy exagerado— intenta excusarse.
—¿A dónde iremos primero?.
—Estaba pensando ir primero al departamento o a la casa, ¿En cuál te quieres quedar?.
—Buena pregunta ¿Cuál es él más cerca del hospital?.
—Departamento.
—Entonces al departamento.
—Vemos que muebles tiene y que necesita y después vamos de compras.
—Me parece bien— le contesto —¿Sabes la dirección?.
—Sí, solo busca el número del edificio, piso y número donde está.
—Ok.
Entramos lo que parece ser una zona muy exclusiva y de alguna manera me hace sentir culpable de tener esta herencia, tener un lugar cómodo en donde dormir.
Fuera de ese sentido de culpa, me gusta, es como una mini ciudad llena de edificios lujosos, con un parque que es más grande y verde de los que mire en la televisión, incluso tienen algunos mercados.
—¿Qué edificio es?.
—Siete— le contesto.
—¿En serio?— pregunta sorprendida.
—Eso dicen las escrituras.
—¿Qué piso?.
—Catorce.— suelta un grito emocionada
—¿Recuerdas ese kdrama que vimos?.
—The Penthouse— le contesto.
—Sí, ese— me dice —Imagina que tu edificio es igual, entre más alto es tu piso, más dinero tienes.
—Ok.
—Mis padres no pudieron conseguir uno mayor al 10— me dice.
—¿Vivimos en el mismo?.
—No, vivo en el 6 de renta, mis padres están en lista de espera para el primer piso arriba del 10 que esté disponible.
—¿Cuántos pisos son?.
—Quince— me contesta —Llegamos.
Se estaciona en el lugar que corresponde a mi nuevo departamento, el estacionamiento está llego de carros, camionetas y cosas demasiado lujosas para mi gusto, dándome más culpa de tener esta herencia, no hice nada para ganarme esto que tengo.
—Tienes que poner la tarjeta para que subamos.
—Oh— pongo la tarjeta en una pantalla y se mueve —Cuanta tecnología.
—Seguridad y exclusividad para los 5 últimos pisos, el último es un Penthouse, abarca todo el piso, y en los cuatro restantes son solo 2 departamentos.
—Interesante.
—¿A o B?.
—A.
La sigo porque no tengo la menor idea de a donde, si todo grita dinero, dinero, dinero, le entrego la llave a Maciel y ella abre la puerta.
—Con esta cerradura tienes diferentes formas de entrar, llave, código y huella.
—Más tarde me dices como configurarlo.— le contesto — Esta…
—Vacío, pensé que tendría muebles.— termina mi frase.
—Parece nuevo— le digo —Pensé que al menos había vivido aquí.
—Concuerdo, no se ve que tenga rastro de nada, ni cuadros nada.
—Supongo que este gran cuarto blanco es la sala.
—Eso creo.
Camino a donde es la cocina, tiene una cocina integral, con una gran barra en el centro y sobre ella un extractor de humo, estufa y hornos.
—¡Keres!.
—Voy.
La miro por última vez, ¿sabré cocinar?, me es inevitable evitar suspirar, cuantas cosas no sé qué hago, como el inglés, lo hablo, lo entiendo y lo escribo bien.
Un nuevo comienzo Keres, uno sin miedo, uno por el que vale la pena luchar y aprender desde cero.
—Mira el techo— lo señala,
—Por mis dioses— digo sorprendida.
—Ahora mira.
Prende la luz y todo lo que es el techo se ilumina por cada orilla de la pared, la hace parecer más alto de lo que es.
—Se puede nivelar la intensidad de la luz.— me muestra —¡Me encanta!.
—Wow— le digo sorprendida —La cocina tiene hornos, estufa eléctrica de seis y un extractor de humo.
—No está tan vacía entonces.
—Lo mismo pensé.
Seguimos mirando el departamento, las paredes parecen pálidas, sin vida, necesita color, azul hielo se me viene de inmediato, me gusta, puedo imaginarme ese color en las paredes, lo veo con muebles modernos… oh.
Por primera vez en mi vida siento que me estoy encaminando a algo y ese algo se convertirá en mío.
—¿Te gusto?— me pregunta mientras vamos rumbo al centro comercial.
—Sí, la verdad mucho, además me hace sentir segura y eso me gusta.
—Eso es importante, porque asi estés en un castillo si no sientes seguridad no vale la pena quedarse.
—Cierto, pero doctora…
—Maciel dime Maciel.
—Ok, te iba a preguntar ¿Está mal quedarme con esto?.
—Bueno, no creo que esté mal, pero es raro a cierto punto, sin embargo, quiero verlo como una compensación.
—Pero la compensación sería vivir.
—Sí, pero él en ese momento no sabía, de alguna manera está pagándote por su “error”, pero si no te gusta verlo de esa manera, puedes decir que es herencia de un tío lejano, nadie sabe de ese dinero, solo tú, el abogado y yo.
—Un tío lejano y yo era su única familia, me gusta.
Al ser un lugar céntrico no tardamos mucho en llegar a ese lugar, me parecía levemente familiar, pero últimamente todo me es familiar, suelto mi cabello y cae sobre mis hombros moviéndose con una corriente de aire y esa cosa me hace sentir bien. Libre.
—¿Sabes que compraras?.
—Muebles, electrodomésticos, platos.
—Ropa, zapatos, carteras.
—Lo básico— le digo riéndome —Pintura también.
—¿En serio?, a mí me gusto banco.
—Necesita vida, quiero azul hielo en cada pared, tal vez las molduras blancas o paredes contrarias blancas para que resalte.
—Me agrada, puedo visualizarlo.
Entramos a la tienda donde venden muebles y cualquier cosa que nos guste, agarramos un escáner cada una y un carrito.
—Me gusta esta— le enseño una vajilla color n***o.
—Sí, me gusta, tengo una parecida en gris de la misma marca y sale buena.
—¿Y está?— le enseño otra.
—¿Te gusta el té?.
—No, la verdad no.
—Es para té.
—Un gasto innecesario— le digo.
—Le va a gustar a mi mamá, ella ama tomar el té.
—Es un gusto que no entiendo.
—Tiene muchos efectos, dependiendo de que sabor lo tomes.
—Y que realmente sea natural— le contesto. —Odio el té, me acabo de dar cuenta de eso.
—Tienes una gran mente sin duda.
—No todos tienen un cerebro renovado.— le digo y se rie.
Escaneo otro par de vajillas a juego, ollas, vasos, sartenes, cubiertos, todo color n***o, no entiendo por qué, pero me encanta como quedarían en el departamento.
Pasamos a otro piso dentro de la tienda y llegamos a las camas, no dudo nada en irme por la cama más grande y cómoda, tanto tiempo en una camita me daña mi espalda, asi que esa cama es la correcta, es como cama a primera vista.
Las cobijas las escaneo conforme me dijo Maciel, ya que no tenía idea de qué tamaño eran y cuáles escoger, no sé qué haria si ella.
—Necesitas una secadora, los vecinos creen que la ropa en la terraza le quita elegancia.
—Pero es mejor aprovechar la luz del sol, es una secadora natural y ahorradora en luz y gas.
—Lo sé, pero créeme que la necesitaras.— me quita el escáner y la selecciona —Luego me lo agradecerás.
—Eso quiero creer.— le contesto —¿Necesito esto?.— le enseño una aspiradora inteligente.
—Sí, súper sí, esas tienen una app en donde sale el mapa de tu casa hecho por ella y donde ha aspirado, además que cuando se está por descargar solita se pone en su cargador.
—Escaneado.
—Esta también, es una aspiradora Dyson y son las mejores juntas, dejarán todo limpio.— lo escanea por mí —Mi regalo de bienvenida.
—Gracias.
—Este también y esto y esto.
—¿Qué es eso?, no considero que lo necesite, no eso no— le digo mientras selecciona varias cosas.
Al parecer era un purificador de aire, secadora de cabello y un estilizado de cabello, aún no comprendo como esos dos últimos están en un área diferente al de belleza.
Es divertido salir de compras con ella y tener alguien para arreglar mi nuevo hogar, sin duda le agradezco demasiado el que este conmigo.
—Maciel.
—Dime.
—¿Quieres vivir conmigo?.
—¿En serio?— me pregunta sorprendida.
—Sí, creo que te facilitaría vivir ahí y agilizaría el trámite para comprar una propiedad en ese edificio.
—Me gusta la idea, pero tendré que rechazarla.
—¿¡Por qué!?— pregunto sorprendida.
—Mis padres pagaron mucho por ese contrato y no puedo salirme, hasta después de un año.
—Entonces, cuando se termine tu contrato, si aún no consigues uno, ¿Vivirías conmigo?.
—Sí, claro que sí.
Se siente bien tener esa clase de amiga y además de compras obtuve una pre-rommie y eso me gusta.
Ahora solo queda esperar a que lleguen las compras y comenzar con mi vida, con Keres 2.0.