Laurie.
Escuché a mi madre cantar alegremente mientras se movía en la cocina con elegancia, sonreí a medias mientras terminaba de picar los vegetales; escuché la puerta de la entrada abrirse y cerrarse rápidamente, los pasos recorrer el pasillo y deteniéndose un segundos y avanzando de nuevo, Jimmy apareció en ese momento detrás de las puertas de cristal, me observó un segundo y desvió la mirada lejos de mí.
—Señora Carrick, Laurie – nos saludó de forma automática.
—Hola Jimmy, me alegro de que estés en casa, Laurie y yo preparamos la cena – contestó mamá con una sonrisa en el rostro.
—Excelente, ¿desea que ayude en algo? – preguntó entrando por completo a la cocina, fije mi mirada en él y me ignoró por un par de segundos.
—No te preocupes por nada, lo tenemos todo resuelto.
—Com
