Era domingo por la tarde, Jimmy y yo estábamos en la biblioteca mientras él trabajaba con unos documentos que Zacky había traído por la tarde, me acurruqué en el sofá era una tarde noche especialmente fría, así que me envolví aún más contra la manta que había traído desde la habitación, olía a Jimmy, que era tal vez el mejor aroma que podía encontrar en todo el mundo, sí, lo era. Acune la taza de café contra mis manos para poder calentarlas, Jimmy alzó la mirada hacia mí, las comisuras de sus labios se levantaron lentamente en una leve sonrisa a medida que su mirada recorría mi rostro con sutileza, sonreí y él se mordió el labio con delicadeza, se levantó de su escritorio y camino hasta mí, deje la taza sobre la mesa y Jimmy se dejó caer a mi lado suavemente con un suspiro largo. Beso mi mejilla y rodeo mis hombros con sus cálidos brazos enviando un ligero hormigueo a mi columna vertebral que me hizo temblar contra sus brazos, él sonrió contra mi cabello, luego tan solo nos quedamos así, disfrutando de un momento en silencio mientras el reloj seguía avanzando sin detenerse a mirarnos, pero la verdad es que para mí todo dejo de tener sentido en ese preciso instante.
Jimmy se quedó dormido luego de unos minutos sobre mi regazo, acaricie suavemente su rostro, recorriendo cada facción detalladamente, sus pestañas revolotearon un par de segundos, pero no se abrieron, su respiración aún era constante y profunda, aún estaba dormido. Una parte de su cabello cubría parte de su rostro así que lo aleje con mi mano suavemente, Jimmy murmuro algo entre sueño y el teléfono sonó estrepitosamente, lo tome rápidamente y Jimmy se sentó apresurado junto a mí.
—¿Diga? – pregunte, Jimmy me observo.
—Buenas noches, soy el doctor Raymond, podría hablar con el señor Sullivan.
—Por supuesto, ya se lo paso – digo rápidamente tendiéndole el teléfono a Jimmy que tan solo me observa sin entender.
—El médico de Kayla – susurro, él contesta.
—Doctor Raymond, ¿Qué ocurrió? Entiendo, estaré ahí en un par de minutos…. Lo comprendo, ya me dará una explicación más clara de todo lo que ocurrió cuando llegue ahí… Sí, está bien. Gracias doctor Raymond – y colgó el teléfono, mientras se llevaba las manos al rostro yo las aleje con cuidado.
—¿Qué ocurrió? – pregunte, Jimmy soltó el aire que contenía despacio.
—Kayla tiene una crisis severa, al parecer Ann la visito hace un par de horas y ahora el medico teme que se haga daño – susurra.
—Oh por dios.
—Tenemos que irnos, tengo que cerciorarme de que este bien – dice, se levanta del sofá y me tiende una mano.
Minutos después Jimmy conducía rápidamente por la autopista hasta el hospital psiquiátrico donde se encontraba Kayla, me concentre en las finas arrugas que surcaban su frente y la presión con la que tomaba el volante con ambas manos, acelerando cada vez más rápido. No dije nada, realmente no había mucho que decir acerca de lo que estaba ocurriendo solo que, Ann estaba empeñada en hacer que la vida de Jimmy fuese más difícil de lo que ya era.
Jimmy entro en el estacionamiento del edificio, apago el auto y se apresuró a salir, abrí mi puerta y él ya me esperaba me tendió la mano y yo la tome, la presiono ligeramente y me regalo una sonrisa tensa, trague.
—Vamos – murmuro, caminamos por el poco iluminado estacionamiento hasta el ascensor, Jimmy pulso el piso de la recepción y los dos entramos, las puertas se cerraron y contuve el aliento mientras ascendíamos.
—Señor Sullivan, señorita Wendt el doctor Lewis y el doctor Raymond los esperan en su oficina, síganme por favor – dijo la enfermera una vez que salimos del ascensor.
—De acuerdo – fue lo único que dijo Jimmy y seguimos a la enfermera, salimos de la recepción para entrar en un largo pasillo hasta que encontramos una puerta luego de unos segundos; la señorita la abrió y nos dejó entrar.
—Señor Sullivan – dijo el doctor Raymond cuando vio a Jimmy.
—¿Qué ocurrió?
—La señorita Green ha sufrido una crisis, usted sabe que su estado ha ido deteriorándose más rápido de lo que esperábamos con la llegada de sus padres aquí algo que no la beneficio del todo como esperábamos ahora con su padre en la cárcel su madre se ha marchado de nuevo, hemos intentado localizarla y hace apenas unas horas lo conseguimos, ella dijo que estaría aquí, pero no sabía cuándo.
—Entiendo.
—Señorita Green, entra y sale de estados de lucidez como usted tenía entendido, pero ahora tan solo ha estado gritando y viendo cosas inexistentes luego de la visita de una señorita llamada… ¿Ann? ¿Le suena familiar? – dijo enarcando las cejas.
—Sí, sé de quién se trata – murmuro en tono duro, yo tan solo presione su mano con la mía.
—Pues, no entendemos muy bien que es lo que ocurrió, la señorita Green normalmente no actuada de esta forma y lo llamamos porque, tememos que pueda agredirse físicamente si continua así.
—¿Puedo verla?
—Creo que no sería una buena idea señor Sullivan.
—Me llamo doctor Raymond, eso significa que desea que hable con ella de otra forma no lo hubiese hecho.
—Jimmy, tu relación con ella no va del todo bien y lo has comentado en una infinidad de veces, tememos que…
—Lewis… Lewis… Me has dicho una infinidad de mierda en tu oficina acerca de mi relación con Kayla si deseara otro sermón acerca de eso te hubiese llamado – dijo molesto.
—Está bien señor Sullivan, lo acompañare a ver a la señorita Green – acepto el doctor Raymond.
—Bien – salimos de la oficina y caminamos en silencio hasta el ascensor, entramos y el silencio se hizo cada vez más incómodo. Una vez que las puertas se abrieron en la planta 5, caminamos de nuevo por un pasillo blanco que olía a antiséptico, podía ver infinidad de cuartos y enfermeros moviéndose de un lado al otro, Jimmy bajo la mirada hacia mí y tan solo nos observamos sin decir nada.
—Bien, es esta señor Sullivan – dijo el doctor Raymond, se asomó a la pequeña ventana y lo confirmo. El doctor Lewis estaba detrás de nosotros, sentía su mirada en nuestras manos unidas, pasando del rostro de Jimmy al mío con incertidumbre. Jimmy soltó por un segundo mi mano, se asomó a la ventanilla y observo por un par de segundos, volvió a tomar mi mano y hablo.
—Necesito hablar con ella.
—Señor Sullivan…
—¿Le administro calmantes?
— Hace unas horas, el afecto a de haber desaparecido, si es necesario seguiremos administrándolos hasta que salga de ello.
—Parece normal, parece ella misma – susurro.
—Entra y sale de ese estado señor Sullivan, está bajo estricta vigilancia.
—Entiendo que sí. Hablaré con ella, abra la puerta.
—Señor Sullivan, no sabemos lo que es capaz…
—Solo abra la puerta doctor Raymond.
—Está bajo su responsabilidad señor Sullivan.
—Y por ello le he pedido que abra la puerta, solo hablare con ella y ya – murmuro mirando al doctor.
—De acuerdo.
—Hablaré con ella, trataré de saber qué es lo que ocurrió, solo serán un par de segundos, ¿sí? – dijo mientras me observaba.
—Sí – susurre, sonrió y beso mis labios un segundo, luego se alejó y soltó mi mano suavemente.
—Bien, abra – ordeno al doctor, así lo hizo y entro.
Me acerque a la ventanilla y lo observe, se quedó de pie a unos cuantos pasos de Kayla que se encontraba en el fondo de la habitación meciéndose suavemente adelante y atrás, con la mirada puesta en la pared blanca….
—Señorita Wendt, acompáñenos – dijo el doctor Lewis tomándome del brazo, los seguí no sin antes echarle otro vistazo a Jimmy y a Kayla.