JAMES. :::::::::::: Salí de la habitación, no sabía hasta qué grado mis palabras tenían o no la razón, pero lo había dicho así que, no había vuelta atrás porque Laurie lo sabía ahora. —Hasta luego, Sam – dije, ella alzó la mirada y me observó por un par de segundos, antes que pudiese decir algo salí de la casa. Conducí hasta mi casa, cuando llegué abrí la puerta de esta y entre, sonreí a medias a la nada y caminé por la estancia. Ahora solo bastaba esperar si mis palabras habían sido lo suficientemente buenas como para hacer que ella volviera y aunque era un acto totalmente egoísta era lo único que conocía para recuperarla, era un cretino, claro que lo era. Me senté frente al piano y las teclas negras y blancas cobraron vida bajo mis manos. ::::::::::: LAURIE. ::::::::::: Sal

