JAMES. Volví a la realidad, era la habitación del hospital psiquiátrico, Kayla estaba de pie contra la pared, golpeando su frente contra ella, podía ver sangre corriendo por sus brazos… ¿Qué demonios había pasado? Me acerque a ella y la hice voltear rápidamente, su cuerpo cayó contra el mío y la aleje casi de inmediato y examiné su rostro tenía los ojos cerrados y respiraba con dificultad, su bata blanca estaba manchada de sangre, podía ver las marcas de sus uñas surcar su piel, sus ojos se se detuvieron en mí y la puerta se abrió en ese momento. —¿Qué ocurrió? ¿Qué demonios hiciste con ella? – preguntó la señora Green, la ignore por completo; los labios de Kayla se extendieron en una sonrisa a medias, luego observó a su madre con cierta diversión en el rostro. —Dejame sola

