LAURIE
—Gracias por todo Brian – dije cuando abrió mi puerta luego de estacionarse frente a la casa de Jimmy.
—Gracias por aceptar desayunar conmigo Laurie, la pase muy bien – dice Brian con una sonrisa en el rostro, salgo del auto.
—Te veré luego Brian, en verdad gracias.
—Espero que se repita Laurie.
—Así será Brian, adiós – dije, bese la mejilla de Brian y camine hacia la casa, abrí la puerta y entre, camine por el pasillo y luego escaleras arriba hacia la habitación.
—Hola, Laurie – me saludo en ese momento, ¿Qué demonios hacia Ann ahí?
—¿Ann?
—La misma, ¿creíste que te librarías de mí así de fácil? Pues, te equivocaste querida – y sonrió, ¿Dónde estaba Jimmy?
—Está en el patio trasero, tratando de ignorar mis palabras.
—¿Qué es lo que quieres Ann?
—Bueno, pues… No se lo voy a dejar tan fácil, ¿sabes?
—¿El qué?
—No voy a dejar que la estúpida de Elena y tú se queden con los hombres que amo – murmura, dejo mis cosas sobre la cama y la observo.
— Dudo mucho que conozcas ese sentimiento Ann…. Dejaste a Brian y él te amaba.
—Si él me hubiese amado como todo el mundo dice, no se hubiese metido en la cama de Elena cuando tuvo la oportunidad, ¿o crees que me equivoco?
—Brian no iba a esperarte toda la vida Ann, lo dejaste por un tipo que tenía más dinero que él y…
—Ahórrate tus palabras Laurie que eres la menos indicada para hablar de ello.
—¿A qué te refieres?
—Tú dejaste a Jimmy – me ataca, la observo detenidamente.
—Era lo mejor en ese momento.
—¿Eso crees?
—¿A qué se supone que nos llevara todo esto?
—Que no eres lo que él cree, no eres nada de lo que todos creen Laurie, eres a quien eligen primero siempre, ¿por qué? Porque todo mundo cree que eres la correcta y bien portada Laurie, pero, eso es basura…. No eres nada de eso, eres simplemente una cazafortunas como lo creen los padres de Jimmy, estas con él por su maldito dinero, solo eso y las dos lo sabemos, de no ser así te hubieses conformado con Gale, pero, bueno no fue así y lo buscaste a él… Me lo arrebataste de las manos cuando tenía la oportunidad más clara de formar parte de su vida…
—¡Por Dios Ann! ¿Te has escuchado? – pregunto, aquello no tenía sentido alguno.
—Lo he hecho.
—Lo dudo tanto Ann, hablas de que estoy con Jimmy por su dinero cuando tú dejaste a Brian por alguien más rico que él…
—Es diferente, solo quería hacerlo ver cuanta falta le haría mi partida y, ¿Qué hizo? Acostarse con la zorra de Elena cuando volvió.
—Basta Ann, no tiene ningún sentido todo lo que dices.
—Lo tiene para mí.
—Pero solo para ti, y tu visión del mundo es equivocada y lo sabes. No puedes exigir algo que no es tuyo y menos algo que has despreciado.
—Cállate Laurie, esta vez…
—No Ann, en alguna ocasión fuimos amigas y ahora…
—No necesito tu amistad Laurie, no necesito la amistad de Gale, no necesito a nadie.
—Estoy segura que no.
—Aléjate de Jimmy – dijo en ese momento.
—No – dije firmemente.
—Estoy hablando muy en serio Laurie Wendt – dijo mirándome.
—Yo también lo hago, ahora lárgate de mi casa – respondí, ella se levantó del sofá.
—Esta debería ser mi casa y lo sabes.
—La verdad es que lo dudo mucho Ann, supongo que Jimmy te ha dejado muy en claro sus intenciones.
—Crees que lo tienes en la palma de tu mano, ¿verdad?
—No.
—Qué bien porque no es así, algún día tan solo se cansará de tus estupideces y lo sabes…
—Ya veremos, por lo pronto, adiós Ann – dije, caminé hacia la puerta de la recamara y ella me siguió en silencio.
—No se quedará así – dijo cuándo bajo las escaleras, escuché el portazo de entrada y todo quedo en silencio, sonreí.
Caminé hacia el patio trasero, Jimmy levanto la vista de su lectura, lucía bastante relajado, a decir verdad, dejó los lentes sobre la mesa y se puso de pie para recibirme.
—Hola, Jimmy – dije mientras rodeaba su cuello con mis brazos, hundió su rostro en mi cabello y suspiro.
—Te extrañé – susurro.
—Y yo a ti, ¿todo está bien? – pregunte.
—No – dijo, me alejé de él y besé sus labios.