LIBRO 3. Capítulo 43. [JAMES]

2141 Words
JAMES. Observé la habitación donde me encontraba, no quería recordar nada, pero ahí estaban esos jodidos pensamientos que siempre me perseguían… Laurie estaba sentada esperando por mí, sobre mi escritorio del estudio… En verdad, estaba ahí, esperando que de alguna forma sometiera su mente a mi voluntad, pero hoy no podía hacerlo… No quería sentir esa jodida sensación de remordimiento porque, no estaba pensando en nada que realmente fuese a disfrutar, pero ahí estaba esperando que hiciera algo de lo cual me arrepentiría y solo estaba deseándolo demasiado. —No – susurre mientras daba media vuelta dándole la espalda, me lleve las manos al cabello frustrado. ¿Por qué demonios confiaba tanto en pobre autocontrol? —Por favor – dijo tras de mí, solté el aire que hasta ese momento no me había dado cuenta que mantenía preso dentro de mis pulmones.  —No – repetí de nuevo, camino hasta quedar delante de mí y me observo, solo vi un punto distante a ella. —Jimmy… – podía escuchar la súplica impresa en su voz, joder… —No deseo sentirme culpable luego Laurie, hoy no – dije con decisión. —Pero… —Es mi última palabra Laurie, no voy a discutir esto más – masculle irritado, quería hacerlo, realmente quería follarla en ese estúpido escritorio hasta que gritara, pero no quería volver a ello, no. —Bien – susurro, la decepción en su voz me aterro, camino lejos de mí y tome su muñeca. —Te amo Laurie, no deseo hacerte daño… Por favor, hoy no – dije con sinceridad, ella me observo. Se acercó a mí y beso mi mejilla. — Jamás me has lastimado Jimmy, no creo que comiences hoy – dijo antes de liberar su muñeca de mis manos y se alejó por el pasillo. Maldición, corrí tras ella. —Espera un momento – dije, ella siguió su camino… La tome de la cintura y mis labios se encontraron con los suyos más rápido de lo que creí, la presione con mis caderas hacia la pared y tan solo podía creer que era una mala idea. ---- Me senté sobre la cama, Laurie dormía justo ahora, besé su mejilla y caminé hacia el ventanal, no sin antes echarle un último vistazo a las marcas rojas que comenzaban a surcar su cuerpo con rapidez. Joder. Me permití recordar entonces… Kayla gemía cada vez que mis labios se encontraban cerca de su piel, no la había tocado solo, había disfrutado de la primicia de poder azotarla luego de haber desobedecido una de mis órdenes… Sorbí con fuerza de uno de sus pezones y ella jalo con fuerza de las cuerdas que la mantenían sujeta a la pared de la habitación; arqueo su cuerpo permitiéndome hacer de mi trabajo algo gratificante… Introduje dos dedos en su interior, moviéndolos en círculos lentos y constantes, haciéndola gemir en silencio, mientras frotaba frenéticamente su clítoris con el pulgar… La tome del cabello y tire hacia atrás para tener acceso a su cuello, mordí con desesperación, pero no era porque realmente la deseara sino, porque simplemente no lo hacía y eso estaba volviéndome loco. ¿Qué demonios estaba pasando conmigo? Habían pasado al menos dos meses desde que la introduje a toda está mierda y hoy, tan solo había perdido el interés de todo su cuerpo por completo. ¿Qué carajos? Mis dedos se detuvieron entonces, ¿Qué carajo estaba haciendo? Me aleje de ella y su cuerpo rogaba y seguía al mío aun atada, me deje caer sobre el sofá y la observe… Tenía lo que esperaba en una sumisa, era obediente, y disfrutaba con cada una de esas cosas que nadie entendería. Su mente se acomodaba a la mía, hacia lo que pedía sin protestar y solo en algunas ocasiones me decepcionaba. Estaba entrenada físicamente para resistir la peor tortura de placer – dolor que le pudiese infringir, pero ya no me era suficiente. Había algo más. Deseaba algo más…. ¿Qué? Llene mi copa de vodka, era simplemente una estupidez… Observé el cuerpo de Kayla, tenía unos increíbles pechos que jodidamente me veía tentado a dejar pasar inadvertidos, una cintura pequeña y perfectamente moldeada, unas caderas jodidamente inquietantes; unas piernas extremadamente formadas y esculturales y que decir de… Sonreí… Estar entre sus piernas era lo mejor que podía hacer en estos momentos, pero, no lo estaba disfrutando como debería…  La había golpeado con una fusta y… ¿Lo disfrute? La había tenido sobre mis rodillas y… ¿Qué carajos fue eso? La había hecho estar al borde del orgasmo más de un par de veces dejándola simplemente en eso… ¿Y… por dios… ¿No sentía nada? Al carajo con todo eso, necesitaba más… Existía algo jodidamente mal en este momento, pero… ¿Qué era? Volví a mi realidad…. Afuera la noche caía, observe la cama y Laurie estaba ahí, dormida y perfecta… Y, entonces, lo supe… Ella era eso que estaba deseando incluso antes de tenerlo y ahora estaba convencido de lo que tenía que hacer…. Sonreí y simplemente me abandoné a mí mismo.  ---- Por la mañana estaba vestido y sentado en uno de los taburetes de la barra, observe a Sam moverse por la cocina preparando el desayuno mientras Frank hacía que perdiera la paciencia entrando y saliendo de la habitación; respire con frustración y observe el periódico que fingía leer. —¿Qué es lo que ocurre querido? – me pregunto en ese momento Sam, le regale una media sonrisa y me escude en mi café. —No es nada aun – digo con cierta letargia en la voz, ella enarca una ceja aun no convencida del todo. —Estoy segura que hay más que eso – dice, carajo. —Aún no lo sé – respondí cortante, ella guardo silencio. —Señora Sam… – y esa era Frank de nuevo. —Frank, fuera de aquí – dije de mala gana, ella me observo. —Señor yo… —Has lo que tengas que hacer y deja de irrumpir en la maldita cocina – dije en voz fría, se encogió de hombros y salió de la habitación. —Ves cariño, hay más – susurro Sam. —Por favor Sam, es solo que, esa chica va a volverme loco – digo molesto, ella se acercó y dejo el desayuno sobre la barra, tome un sorbo más de mi café y ella beso mi mejilla suavemente. —Está bien, querido – y desapareció de la cocina.   Me concentre en comerme el desayuno haciéndole una mueca a todo lo que probaba, ¿por qué demonios estaba de un humor terrible hoy?  Termine el desayuno y Laurie aun no regresaba de su desayuno con Brian, joder…. Tenía que soportar – también – que él la llevara a desayunar casa vez que así lo quisiera, carajo; eso hacía de alguna forma que mi maldito humor cambiara de un jodido momento a otro. Alguien toco a la puerta en ese momento, caminé lentamente hacia ella y la abrí, allí estaba Ann y en ese instante en el que yo la veía sorprendido y jodidamente molesto por ello, se inclinó hacia delante y me beso. ¿Qué carajos estaba sucediendo?  Me aleje rápidamente de ella, ¿Qué coño sucedía? —¿Qué…. – comencé por decir, pero me quedé callado mientras me llevaba una mano al cabello frustrado. —Hola, Jimmy – dijo mientras entraba a la casa y lo único que podía hacer era observar la calle como un idiota… ¿Qué pasaba ahora? —¿Vienes Jimmy? – la escuche decir en algún lugar de la casa, cerré la puerta y camine hacia ahí. —Ven – dijo mientras se sentaba en uno de los sillones oscuros de la sala, la observe de pie. —No esperas verme aquí, ¿verdad? – dijo arrastrando las palabras. —No – dije fríamente, mi mente aun daba vueltas alrededor de todo aquello. Eso era como un jodido y maldito De Ja vú.   —Lo sé, me sorprende que la querida Laurie te haya dejado solo para ir a desayunar con Brian… —¿Cómo es que… —No eres el único que la mantiene del todo vigilada. —Ya veo – digo mientras observo el lugar molesto, ¿Qué carajos quería en mi casa? —¿No te vuelve loco? —¿El qué? – pregunte. —El hecho de que, Brian salga con ella…. —¿Tendría que hacerlo? —No sabes fingir cuando estas molesto… O celoso… - continúo. —No tengo tiempo para esto Ann, ¿Qué demonios quieres? —Mmm… lo descubramos juntos ¿Qué dices?... Siéntate, al final es tu casa y tu sala de estar… —Y por eso es que deseo que te largues lo antes posible – digo, ella sonríe. —No prometo nada, mejor ayúdame a que esto sea más fácil ¿sí? —¿Qué caño quieres Ann? —Estoy segura que eres más amable con ella, ¿no? Siempre perfecta, siempre es la primera a quien eligen y yo… —Solo dime, lo que quieres Ann y lárgate. —A ti – susurro, me observo y yo suspire. —Ya has comprobado más de una vez que, aunque lo intentes no funcionará, no conmigo – dije cruzándome de brazos. — Pero Kayla lo hizo y vamos, tiene la mitad de cerebro que yo. —Fue diferente – dije. —¿Por qué? —Carajo, ¿Por qué todo el jodido mundo parece estar interesado en esa maldita parte de mi vida? —No lo sé, es… fascinante – la observe con los ojos entrecerrados, maldición. —No tienes ni la maldita idea de lo que es, nadie lo sabe… —¿Y ella?  ¿Lo sabe? ¿Se lo has dicho? —Eso es algo que no tendría que interesarte, pero, aun así, aquí estas jodiendo mi tranquilidad como siempre… —Eso quiere decir que no. —Maldición Ann, ¿Qué diablos quieres? —Inténtalo conmigo, sabes que estoy dispuesta a hacer todo lo que me digas. —Joder Ann, ¿crees que es un maldito juego? ¿es eso? – espete. —No, sé lo que es y lo quiero. —Pero yo no quiero nada que tenga que ver contigo, joder. ¿Cuántas malditas veces tendré que decirlo? —Creo que las necesarias para hacerme cambiar de opinión. —Lárgate de mi casa Ann. —No querido, aun no. —Carajo, ¿no te cansas de atormentar la vida de todos? —No creo atormentarla, le doy un giro inesperado solo eso. —Crees demasiado en ti misma, y lo peor es que todo es basura. —Brian no es tan diferente de ti, luego de todo. —¿Qué? —Dijo lo mismo querido, basura y bla, bla, bla… Se ve que estar con Elena lo afecto del todo, esa maldita lo tiene solo para ella igual que Laurie a ti… —Oh por dios Ann, que estupideces dices… Recuerdas que tú lo dejaste ¿verdad? —Y creí que vendría corriendo a mí, ¿y que hizo el estúpido de Brian? Acostarse con Elena cuando volvió… —Lo dejaste, ¿Qué esperabas? ¿Qué fuese y rogara porque te volvieras luego de toda esa mierda que había tenido contigo? —Solo quería que se diera cuenta que, me necesitaba más de lo que creía… Pero, ahí estaba la estúpida de Laurie para… —¡Basta Ann!  No te voy a permitir que, hables así de ella, te lo advierto – grite. —No te ama tanto como dice, ¿sabes? —Maldita sea. —Te alejo de lo que en verdad amas… Lo que te hace ser tú. —¿Qué mierda es esa? —Lo sabes bien así que, no falta que te lo recuerde, además, lo tuyo con Elena lo destruyo por completo ¿verdad? —No existía nada entre Elena y yo. —Pero esperabas que así fuera ¿no? – la observe, eso sería peor de lo que había imaginado. —No pretendo seguir con esto Ann, largo – dije molesto. —Amo tu falta de sutileza, pero, vamos, sabes que es una maldita verdad Jimmy… Estar con Laurie te impidió estar de con Elena, porque volvió por ti no por Brian, con quien ahora esta y puedes pasar toda tu jodida vida pensando que pudo ser diferente peo, bueno… No lo fue porque, Brian la consoló cuando rompiste sus jodidas esperanzas y si no hubiese sido Brian, entonces estaba Zacky que, por cierto, está más que enamorado de ella… Solo que lo disimula con Gena, la ingenua Gena… Al final terminara dejándola… —¿Terminaste de con eso? —Oh, cariño recién comienzo… —Como sea, solo largo de aquí – dije, di media vuelta y camine fuera del salón, era lo único que deseaba hacer… ----
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