Prólogo

538 Words
Los dos se encontraban viendo el atardecer, el ambiente era perfecto pero lo era más el estar con Kilian. Alison solo podía pensar en lo feliz que era con el, pero no salía de su mente que todo lo que el esta haciendo por ella sea sólo por el fetiche o por el deseo s****l y eso la entristecía ¿Que tal si se aburría de ella y la dejaba por otra?, después de todo ella era sólo una niña de dieciséis años y el un hombre de veintidós que podía estar con cualquier mujer que quisiera mucho mejor que ella. —Te amo mi princesa, eres esa chica con la que siempre soñé y no existe nada más bello que tu mi amor —acaricia su mejilla suavemente y deja un corto beso en sus labios. —Y-Yo... también te amo Daddy —sus ojos se empiezan a cristalizar, baja la mirada. —¿Qué pasa princesa? —la toma de la barbilla levantando su rostro para que lo mire. —E-Es que... aún no puedo creer que esté contigo, no puedo creer que un hombre como tú que puede tener a la mujer que quiera estés con una niña como yo —una lágrima cae por su mejilla pero el rápidamente la limpia con su pulgar y la abraza. —Princesa, deja de pensar en eso—acaricia su largo cabello castaño, ella se separa un poco para poder ver su rostro. —Pero es verdad, tu estas conmigo por el fetiche, ¿qué pasará cuando te aburras o cuando encuentres a alguien mucho mejor que yo? —lo mira—, después de todo, solo soy una niña y tu un hombre que puede estar con la mujer que des... El la calla con un beso, se separa y la mira a los ojos, a esos preciosos y brillantes ojos azules que tanto le encantan. —Princesa, a mi la que me gusta eres tú. Podré tener fama, dinero, cualquier cosa pero lo único que me importa eres tú, la única que deseo y amo eres tú. Porque me gustas, me gusta todo de ti, no me refiero solo a tu físico sino a tu manera de pensar y ser, a esa personalidad tan única que me encanta. Amo lo que me haces sentir al abrazarme, besarme o incluso hablarme, me encanta perderme en tus hermosos ojos azules que son como el mismo cielo, tu corazón latiendo al ritmo del mío, sentir tu piel suave —acaricia su mejilla viéndola a los ojos—. Yo jamás me cansaré de ti, eres lo que siempre busqué. Yo te amo Alison y eso nunca cambiará, quiero que lo tengas claro, jamás dejaré de amarte princesa —ella lo abraza con las lágrimas cayendo por sus mejillas como lluvia, sintiendo como su corazón late con fuerza ante la felicidad que sentía en ese momento. Se preguntaba que había hecho para merecer a alguien así, que a parte de ser sumamente atractivo era el hombre más dulce y romántico. Sabía que apenas era una niña, tan solo tenía dieciséis años y le faltaba mucho por recorrer, pero sabía que si el estaba a su lado todo estaría bien.
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