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1283 Words
Me levanté del piso y fui a la cocina a prepararle algo de tomar a este hombre, si seguía así se iba a desmayar. Mariano se acostó en el piso y miró al techo. él era muchísimo más melodramatico que una novela mexicana. — que va a pasar con mi vida de ahora en adelante? — Yo me mordí la lengua lo más que pude para no reírme, en estos meses he aprendido a no seguirle el juego, y si le decía algo lastimero el se comportaría como la víctima. — tener una vida familiar. no es tan mala como piensas, imagínate con ese niño en brazos — Mariano me miró y me puso mala cara. Los gritos y golpes en la puerta eran más y más fuertes. acaso en este lugar no había seguridad? — yo no nací para estar atado a una mujer, eso no es lo mío — Yo me acerque a el para darle un té, Mariano se arrodilló y empezó a acercarse a mi de esa forma, cuando estuvo lo suficientemente cerca me abrazo por la cintura y me miró con cara de mártir. — ayúdame Karina! yo sé que no soy el padre — Me tomé un sorbo de té y lo mire. — y cómo estás tan seguro? — Le pregunté. — use protección con ella — Me dijo casi medio llorando. — los preservativos no son 100% seguros, lo sabes no? — El se apretó más en mi cintura. — ayúdame! no quiero ser padre! y menos tener un hijo con ella! — Típico de los hombres! — suéltame para poder ayudarte! pero no te puedes quejar ok? — El se levantó de inmediato y asintio con la cabeza, yo le di otra trago a la taza de té para tener valor y después se la entregué a Mariano. — ok! estás listo? — El asintio con la cabeza. Yo abrí la puerta y le puse mala cara el tipo. — mire! se que está molesto y yo también lo estoy! o sea! me acabo de enterar que su hija se metió con mi prometido! pero no le permito que este gritando en mi casa! — El se quedó en silencio de una vez y la rubia me miró un poco sorprendida. — pero el me trajo aquí el día que tuvimos se*o! — Yo me di media vuelta y mire a Mariano que estaba mirándome confundido. levanté la mano y le di una bofetada de padre y señor nuestro! hasta la palma me quedo ardiendo. — como pudiste Mariano! esto no te lo voy a perdonar! — Le grite. pero verle la cara de asombro mezclada con incertidumbre y confusión hizo que casi soltará una carcajada. Mire al papá de la rubia y le puse mala cara. — si el hijo de ella es de Mariano yo misma haré que se case con el — Mariano me agarró el brazo pero yo lo aleje. — o sea que si se va a casar conmigo? — Me preguntó ella sonriente. algo raro se trae está tipa, lo puedo oler en el aire. — claro! cuando el niño nazca y tengamos la certeza de que si es de Mariano, por el momento solo nos toca esperar — El padre de la rubia quiso volver a gritar. yo di un paso adelante quedando frente a el. mis 1.78 de altura eran muy útiles en estos momentos, ya que el hombre era mucho más bajo que yo. — tiene algo más que agregar? — Le pregunté. — no, entonces esperaremos — Me contestó el, pero la rubia se empezó a quejar. — hasta pronto — Les dije y les cerré la puerta en la cara. Mariano aún estaba con la taza de té, mirandome con una mueca rara. Me acerque y mire su mejilla, estaba roja por el golpe, pobre hombre. — lo siento! — Le dije y empecé a masajear su mejilla. — me duele mucho — Yo abrí los brazos y el me abrazo fuertemente. — me pegaste! — Se quejo el como un niño. Que mal acostumbrado tenía yo a este enorme bebé! — lo siento! pero lo hice para salvarte de ese matrimonio — El se separó de mí y puso mala cara, después sonrió. — estuviste genial cuando lo intimidaste! deberías ser mi guarda espaldas! — Camine a la cocina y tome mis cosas, el nunca iba a aprender! merecía otro golpe más fuerte. — vámonos! no quiero retrasar el trabajo — El corrió a la cocina, agarró el croissant que estaba en el piso y se lo llevo a la boca. — crees que ella quiera dinero? — Me preguntó mientras salíamos del apartamento. — no lo creo, pero si te quiere a ti — Mariano abrió la puerta de su coche para mí y yo entré. — si me quiere a mí es por qué quiere dinero — Me dijo en cuanto entro también al coche. — eso me pasa por ser irresistible! si yo tuviera el rostro de uno de mis hermanos, estás cosas no me pasarían — Me rasque un poco la cabeza y solo asenti para no hacerlo sentir mal. El celular de Mariano empezó a sonar, el me lo entrego para que contestará, yo contesté y lo puse en altavoz. — Mariano Lombardo! — Grito una mujer. — que pasa mamá? — Pregunto él mirando a la carretera. — es verdad que vas a tener un hijo y que te vas a casar? — Mariano detuvo el coche de golpe. — quien te dijo eso? — El me miró a mi como buscando una explicación, yo me encogi de hombros. — tu abuelo me llamo histérico! en qué problema te metiste ahora? — Le pregunto la señora histérica. — si es verdad, me voy a casar pronto — Mariano me miró y yo negué con la cabeza de inmediato. — de verdad? con esa mujer? cariño se que va a sonar feo, pero esa chica no te conviene — Woow con esa señora. — no me voy a casar con ella, mi prometida de llama Karina Hernández — Yo abrí los ojos de par a par y colgué el teléfono. — de que estás hablando? tu y yo solo tenemos una relación laboral! — Le recalque. — solo será hasta que tenga las pruebas de ADN del hijo de esa mujer, tengo miedo Karina! o quieres que ella sea tu futura jefa? — Enserio el creía que podía asustarme con eso? yo ni siquiera conocía a esa chica! Abrí la puerta del coche y salí. yo no me iba a involucrar en esos problemas, ese no era mi trabajo. — Karina por favor! mírame! — Yo me di la vuelta y lo mire. — estoy desesperado! — Me cruce de brazos y espere a que se acercará más. — piensa en este pequeño favor como un bono navideño — Ese dinero me serviría muchísimo para ir de visitar a mi familia este fin de año. — piénsalo! está oferta solo estará vigente por 5 minutos — Ja! 5 minutos, si al pobre solo le falta llorar y pedírmelo de rodillas. — más el incremento del 30% de tu sueldo, también te comprare esos zapatos que se que te gustaron el día que me acompañaste a comprar los míos — Me acerque a el y puse mi mano en su hombro. — cuando es que nos vamos a casar?— Mariano sonrió y me cargo, me dió un par de vueltas y me bajo. — eres la mejor! — Mariano me dió un beso en la mejilla y sonrió ampliamente, ojalá y esto no sea una mala decisión.
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