Realmente le eché mucho de menos, pero en el fondo se lo merecía. Los recuerdos vinieron como un rayo, Henry desapareció durante más de un mes y no me dio noticias, ahora viene y dice que me extrañó. — ¿Estás bien? — Pregunta Ana gritando por el fuerte sonido. — ¡Sí! — Respiro profundamente. — ¡Me voy para mi casa! Henry se queda paralizado. — ¡Vamos contigo! — Sam se acerca. — No hace falta, chicas, llamaré a un Uber. — ¿Está segura? — pregunta Pedro, mientras fusila a Henry con la mirada. — Por supuesto que sí, sigan disfrutando. — Avísame cuando llegues. Asiento con la cabeza y me abrazan. Me dirijo hacia la salida, Henry aparece justo detrás. — ¡Liz! Perdóname. — Dice en cuanto salimos del club. No digo nada, agarro el celular y empiezo a buscar la aplicación de Uber, ya s

