Hoy iba a ser un gran día, por fin iba a tener la visa de trabajo en mis manos y no había nada que me emocione más que eso. Antes de ir al trabajo, llamé a mi madre para ponerla al tanto de todo, estaba feliz porque le había enviado dinero de mi primer sueldo y también le aboné una parte a Martina del dinero que me prestó, todo estaba yendo tan bien, que, si seguía así, me iba a mudar pronto a un departamento más cómodo y con mi propia habitación para no tener que seguir durmiendo en el sofá, pues mi espalda ya comenzaba a pasarme factura. También le conté que estaba saliendo con alguien y no ocultó su emoción por ello, ella sabía muy bien mis decepciones amorosas y quería que por fin fuera feliz, no le di muchos detalles porque estaba sobre la hora para llegar al trabajo, por más que

