Jacob me miraba sin decir una sola palabra, se veía realmente asombrado, su cara lo decía todo y fue inevitable sentirme intimidada bajo sus ojos avellana, que me observaban como si estuviera viendo el diamante más grande del mundo.
- ¿Te vas a quedar callado, Jacob? Admite que hice un buen trabajo. -Georgina habló con voz divertida al darse cuenta que Jacob no reaccionaba, ni decía una sola palabra desde que me vio en este precioso vestido, y solo así pudo cerrar la boca y parpadear más veces de las que debería, volviendo en sí.
- Lo siento, no pude esperar menos de ti, Georgina. -dijo al fin después de aclarar su garganta. -Luces muy bien, Jennifer, sin duda todos quedaran satisfechos con mi nueva secretaria.
Por primera vez escuché a Jacob disculparse y halagándome de la forma en que
