La reunión había llegado a su fin. Después de convencer a Jayden de volver a la mesa, nos sentamos como si no hubiese pasado nada, o como si el pelinegro no hubiera hecho aquel comentario que daba mucho que pensar, Jacob estaba serio e indiferente, ya había vuelto el jefe malvado, pero no le presté atención, más bien me mantuve en silencio y solo hablaba cuando era necesario. Me despedí de todos y cada uno de los hombres que estaban en la mesa, incluyendo al Sr. Thomas, Jacob se levantó de su asiento y solo dijo “buenas noches, señores”, sin más nos fuimos en silencio en su Rolls Royce, su ceño estaba levemente fruncido mientras conducía por las calles de New York, la verdad no me importó, prefería mil veces que no me dirigiera la palabra, a que me tratase como lo hacía en la empresa.

