Bajo el porche trasero, Hayes contemplaba con una sonrisa como su pareja conversaba animadamente junto a su padre y su madre después de una agradable cena animada. Aunque en un principio Theo había estado algo tímido, el encuentro con sus padres había sido un total éxito con su pequeña cosita, sus padres no habían tardado nada en caer encantados con la personalidad dulce, juguetona, traviesa y alegre de su pareja, rodeado con ese aire inocente. Theo tenía su propio encanto, parecido al de Jimmy, pero a la vez diferente y eso era lo que lo hacía único y especial. —Es un chico especial —pronunció su gemelo, parándose a su lado con uno de sus hijos entre sus brazos para contemplar la misma escena. —Lo sé —sonrió—. ¿Ya se fue Nolan y Micah? —preguntó al ver también a Jimmy. —Si —asintió—.

