Theo despertó y contempló el techo de su habitación por unos largos minutos antes de simplemente soltar un suspiro. Se sentía... Mal. Y no sólo en el sentido físico, sino que también de forma ¿emocional? Haber escuchado y presenciado todo lo del día anterior le tenía un poco decaído aún, pero no era solo por Hayes, sino que por él mismo. Cuando le había pedido tiempo a solas al gran hombre, en realidad fue más porque lo necesitaba para sí mismo, para pensar las cosas. Y vaya que si lo había pensado, hasta que obtuvo un dolor de cabeza con ello, pero al menos tenía respuestas a sus dilemas. O al menos eso creía. Para no llegar a una respuesta apresurada a su relación con Hayes, había visto desde todos los puntos posibles la situación y había llegado a la primera conclusión. No tenía