Capitulo 5: Maldad es persuasivo
Solté un suspiro y luego respire otra vez, mi corazón aun completamente acelerado y mi mente repitiendo la conversación que tuve con Maldad una y otra vez.
Sus ojos.
Su sonrisa.
La forma en la que me miraba pareciendo saber lo que yo pensaba.
Maldición, ya tenia que dejar de pensar tanto en el, pero era algo que mi cerebro hacia y mi pecho se emocionaba.
Vaya día el de hoy, ya era mas de las 3 de la tarde, no había comido nada mas que galletas y café, pero no tenia hambre, sentía algo de ansiedad o no estoy segura porque estaba nerviosa de que algo fuera a pasar.
Suspire levantándome, arreglando las lineas imaginarias de mi camisa y comenzando a arreglas mis cosas cuando de repente alguien toco la puerta de mi oficina.
—Pase —dije, abrieron la puerta y se asomo Guerra; lo conocía por su apellido, era mi jefe; el encargado de todo el personal de la carcel.
—Buen día doctora —dijo mi jefe entrando a la oficina, desde la entrevista donde me contrataron no lo había visto.
—Hola, Señor Guerra, ¿como se encuentra? —pregunte.
El afirmo con la cabeza.
—Bien —se limito a decir, era un hombre de pocas palabras.
Entro a la oficina cerrando la puerta a sus espaldas, uhm, esto debia de ser grave.
—¿Que ocurre? —pregunte, en seguida supe que debia de ocurrir algo.
—Siéntese —dijo mi jefe señalando con la barbilla mi escritorio.
Le hice caso sentándome sin saber exactamente que pensar.
—No te asustes, no vengo a regañarte —continuo mi jefe para mi alivio.
Suspire riéndome un poco de los nervios, de verdad crei que habia hecho algo mal e iba a despedirme, si me despedía ahora si que me la vería peor por el dinero, buscar un trabajo sin mucha experiencia era difícil.
—Vale ahora puedo respirar —comente con algo de gracia.
—En realidad vengo a felicitarla —dijo mi jefe Guerra— por la gran labor que ha hecho desde que empezó a trabajar, realmente no hemos tenido personal de psicología que trate con profesionalidad a los pacientes, en su mayoría todos quieren humillarlos.
—Si me contrataron para ser psicóloga —dije—, lo mínimo que puedo hacer es analizar sus mentes.
—Excelente —dijo—, ¿alguna novedad? ¿Como se ha sentido?
Ademas de algo desestabilizada por Maldad…
—Bien —dije—, ha sido muy bien el trato con los pacientes, son tranquilos en su mayoría, al menos hoy he atendido a varios involucrados en la pelea, tengo la sospecha que tiene que ver con una mente maestra que los guia.
—Muy interesante —dijo— ¿Sabe quien es la mente maestra?
—Maldad —dije—, he hablado ya en 2 oportunidades con el.
El afirmo con la cabeza.
—Entiendo —dijo—, es una persona muy imponente.
—Mucho —dije—, y me llaman la atencion muchas cosas de el, como que es algo manipulador, solo dice cosas que sabe que puede hacer empatizar contigo.
Eso lo note en cuanto comence a hablar con el, sabe que diciendo ciertas cosas, creara empatia.
—Es un criminal con tantas cadenas perpetuas que saldra cuando solo queden sus huesos —dijo Guerra—, en realidad solo esto se hace por protocolo y para el historial.
—¿Solo para historial criminal? —repeti.
—Claro —dijo como si fuera tonta—, a todo el mundo le interesa saber que pasar con este criminal, es como Pablo Escobar, a la gente le gusta saber su vida como una novela.
Mi jefe Guerra se levanto de la silla para irse.
—Me gustaría hablar mas con el. —comente, es que en realidad, me parecia una persona con algo mas que un historial criminal, sentia que habia una historia detras de todo.
—Ten cuidado —dijo Guerra—, tiende a ser muy persuasivo, no queremos que le des confianza y termine asesinandote
—Soy psicologa —dije—, solo me interesa saber lo que piensa y por que actua asi.
—Es un asesino —replico—, lo unico que hizo bien en su vida, fue entregarse cuando lo encontraron, y lo unico mejor que hara es no volver a escaparse de la carcel.
—Vale —me limite a decir, obviamente mi jefe, no veia las cosas como yo, pero no podia replicarselo.
—Gracias por estar aqui doctora —dijo—, nunca tuvimos a una psicologa mujer, ustedes son mas sentimientales, por eso aguantan mas a todos los inutiles de la carcel y les interesa escucharlos, solo no se involucre sentimentalmente, eso si seria una cagada.
Negue con la cabeza como unica respuesta, el jefe Guerra salio dejandome sola.
Que dia tan raro en la carcel, ya solamente me queria ir de aqui, ahora me sentia algo perturbada y molesta por lo que me habia dicho el jefe, que las mujeres eramos mas sentimentales, yo no iba a invulcrarme nunca con un recluso; JAMAS.
Tome mis cosas y me fui de ahi, tenia mucha hambre, le subi todo el volumen de la musica a la radio de mi auto escuchando a Regresa a mi de Il Divo.
//…No me abandones así, hablando solo de ti ven y devuélveme al fin la sonrisa que se fue una vez más tocar tu piel y hondo suspirar recuperemos lo que se ha perdido regresa a mí quiéreme otra vez borra el dolor que, al irte, me dio cuando te separaste de mí dime que sí yo no quiero llorar regresa a mí extraño el amor que se fue extraño la dicha también quiero que vengas a mí y me vuelvas a querer no puedo más si tú no estás tienes que llegar mi vida se apaga sin ti a mi lado regresa a mí quiéreme otra vez borra el dolor que, al irte, me dio cuando te separaste de mí dime que sí yo no quiero llorar regresa a mí no me abandones así hablando solo de ti devuélveme la pasión de tus brazos regresa a mí quiéreme otra vez borra el dolor que, al irte, me dio cuando te separaste de mí dime que sí yo no quiero llorar borra el dolor que, al irte, me dio cuando te separaste de mí dime que sí, dime que sí regresa a mí…//
Pase por una pizzeria de camino a casa, crei que seria bueno llevarla a la casa de David, despues de todo me sentia mal por lo de esta mañana, sabia que tal vez lo animaría un poco, David estaba pasando por un mal momento y tal vez esto lo animaria.
Llegue a su casa y me baje con la pizza y las gaseosas, justo cuando iba a tocar la puerta; abrieron y me quede de piedra cuando me abrio otra mujer.