Observando al príncipe heredero prácticamente apuñalar su comida con una expresión escalofriantemente tranquila, sin revelar nada, Sadie se encontraba un tanto preocupada. —Uh... ¿Está la comida tan mal? Pedí del último restaurante que dijiste que su comida era deliciosa —comentó. —No, está tan delicioso como aquella vez. A pesar de sus palabras, el omega dominante volvió a enterrar su tenedor con más fuerza de la necesaria en la pasta, para luego llevarla a su boca y comer como si nada. —De acuerdo, ¿te molesta algo? —¿Por qué crees que me molesta algo? Estoy perfectamente bien —respondió con una sonrisa perfecta. Pero todo en su expresión le dijo a la cambiaformas beta que su príncipe no está bien, y el problema de no saber qué era lo que estaba perturbando a Dorian, estaba comenza

