Sentado en su espaciosa sala de estar, con un hermoso atardecer siendo reflejado a través de los grandes ventanales que cubrían toda una pared de su departamento, el cual era todo el último piso del edificio, Ezekiel se encontraba revisando el papeleo que había decidido llevarse para trabajar tranquilamente, disfrutando así lo que tomó personalmente como una victoria contra el príncipe Dorian. Su reunión resultó ser lo que Ezekiel denominaba muy productiva en el buen sentido, al contrario de lo que había pensado junto a su amiga Ninette, no parecía que el príncipe Dorian realmente los estuviera jodiendo, haciéndoles perder el tiempo al usarlos como una excusa. Por la completa atención que obtuvo mientras le explicaba y la seriedad con la que tomó cada una de sus palabras, sus propósitos a

