Caí en la cama con el encima de mí, mi bolso cayó al suelo esparciendo todo lo que había dentro en el piso, pero poco me importo, sus ojos azules me miraron con hambre y mi corazón se aceleró más aún si era posible y respire hondo.
- Klaus, vamos a llegar tarde. - mencione con la voz entrecortada, tratando de romper el momento, que, aunque no me molestaba, no quería llegar tarde a mi trabajo.
- No creo que a tu jefe le moleste que llegues tarde. E s un hombre muy bueno y comprensible, solo tienes que decirle que tu esposo tenía unas ganas enormes de besarte y seguro comprenderá. - dijo con una media sonrisa para luego besarme con toda la pasión del mundo.
Sus labios tocaron los míos creando una explosión en todo mi cuerpo. Podría quedarme aquí por siempre, con sus labios suaves tocando
