Eran las siete de la noche cuando estaba más que clara que ya no daba para más, las largas vacaciones que había tenido me habían malacostumbrado en sobre manera, ahora ya no me sentía tan productiva como unos cuantos meses atrás, pero volvería; estaba segura.
Hacían horas que no sentía a Klaus por los alrededores, ni siquiera sabía si aún estaba en la oficina, aunque no creo se fuera a ir sin mí.
Con pesar me levante de mi cómodo sillón cortesía de Klaus y me estire un poco, necesitaba ir al baño con carácter de urgencia o sino mi vejiga explotaría en cualquier momento, así que no lo pensé más y con pesar me dirigí hasta allí. Cuando termine, pase a lavarme las manos mientras me veía al espejo, estaba horrible, así que volví al interior de mi oficina y luego de tomar mi bolso me dirigí n
