Sentía unas náuseas horribles por lo que quise levantarme con la intención de salir corriendo para el baño, pero entonces algo me detuvo. Me dolía todo el cuerpo, desde las puntas de los pies hasta las hebras del cabello, nunca pensé que eso fuera posible, pero dios mío, en serio estaba adolorida. Tenía los ojos pesados y por más que intentaba no podía abrirlos, el cansancio que sentía era espantoso y poco a poco volví a caer en la inconsciencia. Estaba más descansada cuando volví a despertar, esta vez si pude abrir los ojos con dificultad, pero al menos pude abrirlos. La luz del lugar me cegó y tuve que cerrarlos de nuevo para poder acostumbrar mi vista a la claridad que había. ¿Dónde estoy? -¿Eve? - la voz de Klaus se escuchaba lejana, pero cuando sus manos agarraron una de las mí

