Noah
La verdad del expediente de Maggie me golpeó más fuerte que cualquier defensa en la cancha. Tatiana no solo era mezquina; era una estratega que usaba información sensible para destruir a su oponente. El archivo sobre el "retiro de ballet y transferencia emocional" era la prueba de que ella estaba apuntando a mi familia. No me preocupaba a mí, sino el riesgo que Maggie representaba para la imagen inmaculada de los Carter.
Sentí una rabia fría, pero Maggie, sorprendentemente, estaba tranquila. Habíamos analizado la situación en la cochera de Jayden, y la única conclusión era que el ataque se había lanzado desde una fuente oficial.
El verdadero conflicto llegó esa noche, y no fue sutil. Mi padre, el Dr. Carter, me esperaba en la sala de estar, con un semblante de mármol. El tipo de expresión que solo usa para negociaciones multimillonarias.
"Noah, siéntate," ordenó, y su tono no admitía discusión.
"¿Qué pasa, papá?" pregunté, sintiéndome como un niño de diez años esperando un castigo por una mala calificación.
"El Decano Adams me llamó. Hubo una 'consulta confidencial' sobre Margaret Lawson," dijo, poniendo sus manos sobre el escritorio. La consulta venía de Tatiana, pero la fuente era la oficina del Decano. "Me preocupa la información sobre su historial. 'Inestabilidad emocional', 'retiro repentino por trauma'. Noah, estás en tu último año. El Draft es tu única prioridad. Las universidades y los patrocinadores están observando cada aspecto de tu vida, desde tu rendimiento hasta tu elección de pareja. Una novia con 'riesgo emocional' puede ser vista como una distracción inaceptable."
"¡Papá, eso es ridículo! ¡Maggie es más estable y más inteligente que cualquier chica que haya conocido! Es mentira, y lo sabes. Es Tatiana," protesté, sintiendo la presión.
"¿Es mentira el informe de su retiro del ballet? ¿Es mentira la nota de su consejero de Nueva York sobre el trauma que experimentó tras el accidente de su padre? No, Noah. Lo que es verdad es que tienes una relación oficial con una chica cuyo pasado es fácilmente manipulable. Yo he hecho mi parte; he hablado con el Decano Adams para minimizar el daño. Pero el mensaje de la administración es claro: la relación con Margaret Lawson es una amenaza para tu beca, tu imagen y el apellido Carter."
Estaba pidiéndome que la dejara. Que eligiera el camino fácil, el camino frío del "Ice Carter" de las relaciones públicas. Mi padre me estaba obligando a elegir entre el futuro que me había esforzado en construir y la única persona que le daba sentido a ese futuro.
"Ella es la única cosa real en mi vida, papá. No la voy a dejar. No por un rumor estúpido," dije, mi voz se elevó, rompiendo la calma de la casa.
"Entonces estás eligiendo tu corazón sobre tu cabeza, hijo. Tienes una semana. Reflexiona sobre tus prioridades. O ella, o tu futuro en la NBA. Si la eliges a ella, debes demostrar que su presencia no es un riesgo. Y la única manera de hacer eso es neutralizando su 'historial de inestabilidad'. O lo resuelves, o terminas la relación. No aceptaré que mi apellido se arruine por una bailarina con un pasado turbulento," sentenció mi padre, dándome un ultimátum que quemaba en mi estómago.
Salí de la casa sintiéndome asfixiado y camine directamente a la cochera de Jayden. Les conté a Maggie y Jayden la verdad sobre la "inestabilidad emocional". Jayden se puso furioso, listo para hackear las cuentas bancarias de Tatiana.
Maggie escuchó la parte del "riesgo emocional" y el "trauma" sin inmutarse, pero sus ojos se nublaron con un dolor agudo que me desgarró.
"Ella usó mi dolor. Usó lo más... lo más sagrado. Mi padre," susurró, su voz rota.
"Vamos a destruirla, Maggie," le dije, tomando su mano.
"No, Noah. No vamos a destruirla. Vamos a desarmarla," corrigió Maggie. La científica y la guerrera se fusionaron. "Ella está usando mi 'trauma del baile' como prueba de mi inestabilidad. Si demuestro control sobre mi pasado, su argumento se cae."
Maggie miró el expediente, y luego miró a Jayden. "Jayden, necesito que hagas una cosa por mí. ¿Recuerdas el Festival de Talentos de la Primavera que Tatiana mencionó?"
"Sí. Es la próxima semana," respondió Jayden.
"Voy a audicionar. No con un experimento de física. Voy a audicionar con baile. El mismo número que estaba practicando cuando mi padre... tuvo el accidente. Lo haré en la escuela, frente a todos, con la ayuda de Troy."
La idea era audaz, aterradora y extremadamente arriesgada.
"¿Troy? ¿Qué tiene que ver Troy en esto?" preguntó Jayden, confundido.
"Troy es ruidoso y visible. Necesito que cree una distracción de alto nivel en el pasillo adyacente al gimnasio durante mi ensayo. Algo tan estúpido que requiera la presencia del monitor principal, distrayéndolo de la sala de servidores," explicó Maggie con una sonrisa astuta. "Y necesito a Noah para algo más importante: la música. Necesito que me ayudes a editar la pista y a poner la iluminación perfecta."
"El plan es genial. Pero, Maggie, ¿estás segura? El baile..." le pregunté, recordando la intensidad del dolor.
"Estoy lista. Si quiere usar mi pasado, lo usaré como mi arma," dijo. "Pero, Noah, no solo se trata de Tatiana. Se trata de ti. Te pidieron que eligieras. Tienes una semana. No me mientas. Si yo hago esto, si me arriesgo a revivir el trauma para demostrar que estoy bien, ¿puedes prometerme que no habrá dudas en ti? ¿Puedes mirarme a los ojos y decirme que el Draft no importa más?"
Su pregunta me golpeó. Era la prueba final de nuestra relación.
"El Draft es mi futuro, Maggie. Pero mi futuro se siente vacío sin ti. Te elijo a ti. Y te prometo que, pase lo que pase con mi padre o con el Draft, yo estaré contigo. Ahora, vamos a ganarles a todos," le dije. Era la verdad más grande de mi vida.
Esa noche, no hubo sexo. Hubo curación y una profunda intimidad emocional que superaba lo físico. Maggie me llevó al viejo estudio de danza del gimnasio de la escuela. Era un espacio olvidado, con espejos rotos y un suelo de madera gastado.
"Necesito practicar. Estarás aquí como testigo y como mi ancla," me pidió.
Puso la música. Era una pieza de piano clásica, melancólica y poderosa. Maggie comenzó a moverse. Sus movimientos eran fluidos, perfectos, pero llenos de una tristeza brutal. Vi la bailarina, y entendí el vacío que sentía. El baile no era sobre alegría; era sobre dolor, sobre pérdida, sobre el ritmo roto de su vida que se había detenido en el momento del accidente. Se movía con una belleza dolorosa, reviviendo el trauma con cada giro.
Cuando llegó al punto donde recordaba la última vez que bailó para su padre, se desplomó en el suelo, sollozando, el cuerpo temblando.
Yo corrí hacia ella, la levanté y la abracé. "No puedo, Noah. El miedo... el miedo a perderme el ritmo otra vez, a revivir ese día..."
"Yo seré tu ritmo. Te lo prometo. Siempre," le dije, sintiendo sus lágrimas mojar mi camiseta. "Lo haces por ti, Maggie. Para demostrarle a ese miedo que ya no te controla."
Nos quedamos allí, en el suelo frío del estudio, abrazados. No era placer físico, era una conexión profunda, una intimidad que sanaba.
"Dame una cosa, Noah. Algo que haga que esto sea completamente diferente para la audición," me pidió, mirando el suelo.
"¿Qué cosa?"
"Al final del baile, necesito un tiro ganador. Un final que no sea triste. Algo que demuestre que estoy de vuelta, más fuerte. Y necesito que lo grabes. Necesito ver la prueba de que lo hice. No para el Decano, sino para mí."
"Lo haré, Lawson. Grabaremos el triunfo. Y después de esto, Tatiana será solo un recuerdo molesto."
La abracé una última vez, prometiéndole en silencio que, sin importar el ultimátum de mi padre, esta chica era mi futuro. Estábamos listos para el show.