Macey colocó la tetera en la estufa para que hierva. La villa estaba llena del Minueto en Sol de Bach. Miró de reojo a la sala de estar y vio a Aria coloreando tranquilamente mientras su hermano jugaba. Esta era una actividad común para ambos. La escena era tan relajante que pudo olvidar la tensión de la noche anterior.
Macey sabía que regresar no iba a ser fácil y aún no estaba segura de cómo iba a enfrentarse a Julius. No sabía si debía considerarse afortunada por no haberlo visto en la fiesta o no. Por un lado, eso le daba más tiempo, pero por otro, a veces era mejor terminar con las tareas desagradables lo antes posible.
No sorprendentemente, Augustus acaparó su tiempo en cuanto los vio. Su evidente alegría al pasar tiempo con sus nietos le reconfortó el corazón y alivió sus preocu
