Lucero pasó todo el tiempo posible junto a su padre, quien por fin ha despertado ella está tan feliz que el cerebro de su padre no sufrió daños, el doctor le dijo que él está lucido, ya el médico lo dio de alta, Alejandro mando al colocho para que le ayudara a su mujer con los trámites y el traslado, mando a preparar una habitación especial para él.
—¿Estás cómodo papito?
—Si hija, perdóname por preocuparte tanto.
—No digas eso, sabes que por ti haría cualquier cosa.
—Hija disculpa que me entrometa ¿Qué trato hiciste con don Alejandro?
—¡Trato! No hay ningún trato, solo soy su asistente, trabajo para él para pagarle todo el dinero que nos costó la clínica, nada de qué preocuparse. —Le dolía el corazón, estar mintiéndole a su padre.
—¡Segura, hija! Me remuerde la conciencia si te he o
