Zoila no supo a qué horas se durmió a la par de su violador, aunque no sabe que fue todo eso que paso, despierta junto a él quien la está viendo con una mirada sádica, que hace que se le erice la piel, ella solo cierra los ojos, su cuerpo no resiste una tanda más, ella solo quiere irse de ahí. —Despertaste, pensé que te desmallarías como las demás, ni siquiera vomitaste o me gritaste por un doctor, ¿Eres de casualidad masoquista? —Ella permaneció en silencio, no tenía nada que decir a todo lo él estaba hablando, solo quería irse de ahí, sin provocarlo más— Te comió la lengua el ratón. Me pensaba regresar mañana mismo para Italia, pero creo que encontré un juguete temporal, que ha llamado mi atención. —Me puedo ir. —Tan pronto, hoy vamos a desayunar, mandaré a comprarte ropa porque quier

