Coronel Zaharie

1050 Words
SARA Al dejar a Daniela en la escuela y cerciorarme de que todo estuviera en orden, bajo al estacionamiento, tomo mi auto y me dirijo al comando. El General Castañeda me ordenó ir a su oficina, tengo una vaga idea del por qué. — Buenos días, Carmen — saludo a la secretaria del General Castañeda. — Hola, Capitana, buenos días. — ¿Está el General? — Sí, mi general se encuentra — responde — pero está con el Coronel Zaharie — hace un gesto de molestia.Yo también hago un mal gesto y ahora mucho más, el Coronel Zaharie volvió, ¡Qué fastidio! ¿Por qué no se quedó fuera del país? El coronel Zaharie proviene de una de las familias más importantes de la nación y también del continente. Sus abuelos, su padre y sus hermanos, al igual que todos los hombres y mujeres que integran la familia Zaharie, fueron y son miembros muy importantes tanto de nuestro ejército como de muchos en distintos países. Cada país, por no decir la mayoría, tiene a uno o dos Zaharie en sus filas. Desde que nacen, ya son enviados a la academia militar. No alcanzan la edad adulta cuando ya han participado en alguna misión con un resultado totalmente exitoso. Tal vez se deba a su ingenio o habilidades increíbles que muchos los catalogan como amuletos de buena suerte. El padre del coronel, como lo fue su abuelo y más antes su bisabuelo, fueron los antiguos generales. Van en sincronía, el siguiente en tomar el puesto de general después de la muerte del anterior debía ser el coronel. Sin embargo, nunca supe por qué declinó, tomando el puesto el general Castañeda en los tiempos en que me enlisté. Durante mi paso por la academia, el coronel nos impartió más de una clase. Un hombre muy habilidoso e inteligente, ganándose el aprecio por parte de todos debido a su carisma y amabilidad. Aunque todo eso cambió cuando su padre, el antiguo general Fidel Zaharie, junto a su esposa, murieron mientras se dirigían a una cumbre de seguridad en Sao Paulo, Brasil. La carretera por donde transitaban se encontraba plagada de minas terrestres. Bastante tiempo se tomó para hallar a los responsables. Las bandas criminales que tienen azotado gran parte del país contrataron a un grupo en específico para llevar a cabo el atentado. Se concluyó que el grupo patriótico del norte de Colombia fue el responsable. Desde ahí, el coronel se empeñó en cazar y dar muerte al grupo, en especial a su líder. En momentos en que rescaté y me hice la cuidadora de Daniela, el coronel se empeñó en hacernos la vida imposible. Ahora tengo que volverle a ver la cara. Su razón de volver será porque en tres días es la auditoría de Daniela. No sé qué tendrá en manos, pero conociendo lo ahora cualquier treta es posible. Después de un tiempo de espera, la puerta de la oficina del general se abre saliendo de allí el coronel sonriendo feliz, cambiando de inmediato su gesto al verme. — Buenos días, Capitana Sara — dice en tono grueso, gesticulando una fuerte mirada de enojo. — Buenos días, Coronel Zaharie — lo saludo haciendo el gesto militar. Por más que me moleste su presencia, no puedo darle paso a mis ganas de mandarlo al diablo. — ¿Viene a ver a su General? — pregunta en tono de desaprobación. — Así es, Coronel, así que le pido permiso — respondo de manera directa. Sin agachar mi mirada y sin titubear, paso firme por su lado. — Supe lo que pasó en la sesión que tuvo su protegida el día de ayer, al parecer no las soporta — su tono de voz lleno de burla me hace apretar fuerte el pómulo de la puerta. Al girarme, me lleno de más deseos de borrarle esa maldita sonrisa. — Daniela es una chica fuerte, soportará lo que sea — lo miro directo a los ojos. — Eso ya lo veremos — concluye clavándome los suyos, apretando fuerte mis nudillos y resistiéndome a todo lo que salga de esa maldita boca. Entro a la oficina. — Buenos días, General Castañeda — lo saludo cortésmente, haciendo de nuevo el gesto militar. — Buenos días, Capitana Sara — me saluda del mismo modo, con una sonrisa amable. El general Castañeda, a diferencia de varios de los superiores, no es un hombre que ansía poder. Es leal a sus principios y no sería capaz de pasar por encima de los demás con tal de obtener lo que desea. Un hombre muy comprometido con su cargo —¿Cómo está usted el día de hoy? — Bien, mi general, espero que usted también. — ¿Me puede dar una explicación de lo sucedido el día de ayer durante la sesión que presentó la niña Daniela a la psicóloga? — su pregunta y el cambio de su semblante cargado de seriedad hace que suspiré con pesadez. — Al recordar lo vivido en su niñez, sus migrañas empeoraron hasta el punto de provocarle un pequeño colapso — explico con pena. — Capitana, soy comprensible y entiendo lo difícil que fue la infancia de la niña Daniela. Sin embargo, usted bien sabe que los demás superiores no están muy de acuerdo con todo esto y no son igual de comprensibles — cruza sus manos sobre el escritorio — su desconfianza acerca de que la niña Daniela no llegue a ser una amenaza nacional es cada vez más grande y darles el más mínimo motivo, como lo sucedido ayer, provoca confrontación y presión. Hoy el coronel Zaharie estuvo en mi oficina, aunque se lo debió a ver encontrado afuera. — Sí, señor, me lo encontré afuera de su oficina — respondo un poco molesta — no obstante, señor, Daniela ha mejorado sus notas. Ahora son las más altas de su clase. Además, acata cualquier orden que se le da. Se está esforzando y eso hay que recalcarlo, señor — digo firme y con total confianza. — Eso espero, Capitana — me dice de forma muy directa. — Sí, mi general. Esta situación es cada vez menos sostenible, pero sin importar las objeciones que hagan, no daré mi brazo a torcer. Seguiré luchando y seguiré firme con la finalidad de cumplirle mi promesa a Daniela.

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