Capítulo 1. El viaje.

3515 Words
Todo comenzó tras la muerte de mi madre, mi hermano y yo debíamos mudarnos a Boston con una amiga de mi madre que se haría cargo de nosotros. El taxista nos llevaba al aeropuerto con las ventanas abiertas, el cálido y refrescante aire de California entraba por la ventana moviendo mi largo cabello oscuro haciendo que me pegara en la cara ya que estaba suelto, y secando cada una de las lágrimas que bajaban por mi mejilla, volteé a ver a mi hermano, sus bellos ojos azules se veían irritados de tanto llorar, y no era para menos, estábamos pasando por un momento muy difícil, mamá había muerto hace unos pocos días, nunca conocimos a mi padre, él murió antes de que nosotros naciéramos, y mamá nunca nos habló de nadie más de nuestra familia, estábamos totalmente solos, podríamos mantenernos nosotros mismos, pero como éramos menores de edad tendríamos que mudarnos a Boston con una vieja amiga de mamá, ya que esa fue la última voluntad de mi madre, la idea de vivir con una desconocida no nos agradaba ni a mi hermano ni a mí. Nunca habíamos ido a Boston, aunque mamá nos contaba muchas cosas de ella, Boston era una pequeña ciudad ubicada en el contado de Erie en el estado estadounidense de NEW York , casi siempre estaba nublado y muy poco se veía el sol, también llovía mucho y era muy frío, esa idea no me gustaba, yo prefería el sol y el calor, además la idea de ir a vivir con una desconocida me desconcertaba, y a mi hermano tampoco le gustaba la idea, y no lo juzgaba, no sabíamos nada de esa mujer, ni tampoco cuáles eran sus intenciones al aceptar hacerse cargo de nosotros, pero confiaba en mamá, así que si ella lo había decidido así era por una muy buena razón, estaba segura de que mi madre no nos dejaría en manos de cualquier persona, así  que haríamos lo que ella nos dijo que hiciéramos. El taxista nos dejó frente al aeropuerto, bajamos las maletas y nos dirigimos a que nos revisaran los pasaportes, miré a Jasper, llevaba puesta una camisa a cuadros negra, manga corta, la camisa estaba desabotonada, dejando ver una camiseta también negra que traía debajo junto con un jeans n***o, yo llevaba mi blusa favorita, era color morada, manga sisa y tenía botones de decoración, estaba acompañada de un jeans y mis botas preferidas, eran color café, llegaban casi a la rodilla y les colgaba unas tiras desde el borde, llevaba esto en señal de despedida, me estaba despidiendo de todo lo que dejaba atrás, mis amigos… mi casa… el colegio… y de la ciudad, porque sabía qué no volvería en mucho tiempo, y extrañaría todo cada minuto. _ buenas noches, me permiten sus pasaportes por favor_ nos dice amablemente la joven recepcionista del aeropuerto, le pasamos los pasaportes, ella los abrió y los revisó, observó los pasaportes y luego a nosotros con mucha indiscreción, eso fue algo incómodo, pero no le presté mucha atención, la joven les puso un sello a los pasaportes y nos los entregó, _ ¿reservaron su boleto? _ preguntó entregándonos los pasaportes. _ sí, aquí están_ le respondió mi hermano entregándole los boletos _ y… ¿viajan solos? _ volvió a preguntar la joven entregándonos un ficho en lugar de los boletos. _así es, _ le contestó Jasper (mi hermano) tomando los pasaportes. _ muy bien, esperen un momento por favor_ dice la joven tomando el teléfono, hizo una llamada extraña, Jasper y yo nos quedamos ahí esperando a que la mujer nos dejara ir, mientras esperamos observé a Jasper, parecía que no se inmutaba por lo que estaba pasando, siempre se hacia el fuerte cuando algo malo pasaba para darme fuerzas a mí, pero yo sabía que por dentro estaba sufriendo, y que su dolor no era menor al mío. Al cabo de un rato llegó un hombre de piel oscura, era alto y delgado, sus ojos eran color café oscuro, llevaba puesto un traje n***o muy elegante con saco y corbata, el hombre se acercó a nosotros, observé sus ojos, al hacerlo miré unas extrañas imágenes en sus ojos, era como una visión, aunque no entendía si del pasado o del futuro;   lo vi a él en un extraño lugar, él estaba ahí frente a una tumba que decía Sara Brown y junto a él estaba una mujer de piel oscura y cabello rizado, ambos estaban vestidos de n***o y la mujer lloraba desconsoladamente, retrocedí asustada y tropecé con Jasper, el me sostuvo y me tocó la frente preocupado, _ Jaslyn… ¿estas bien?_ me preguntó Jasper, aunque no le presté atención a sus palabras, solo quería saber que eran esas imágenes que había visto; no sabía qué había pasado pero las imágenes perecían ser sus recuerdos. _ ¿estas bien? _ me volvió a preguntar mi hermano sosteniéndome para que no me cayera, asentí con la cabeza y me incorporé para no hacer sospechar a Jasper, no es que no quisiera contarle, es que no sabría cómo explicarle, Jasper me miró confundido, pero no dijo nada más. -buenas tardes chicos soy George Brown del departamento de menores sin compañía- dijo el hombre, su apellido quedó resonando en mi mente, ``Brown'' ese apellido era el que estaba en la tumba de mi visión, _ ¿Quién será la persona que murió? _ me pregunté, observé sus ojos, pude notar que había llorado, ya que sus ojos estaban irritados _ tendré que acompañarlos en su vuelo ya que ustedes son menores de edad, una vez hayamos aterrizado los entregaré a su nueva tutora legal, la señora Marion Miller_ añadió el hombre cortes mente. _ ¿Cómo sabe que la señora Marion es nuestra nueva tutora legal? _ preguntó Jasper desconfiado, yo habría preguntado lo mismo, pero mi hermano me ganó de mano.       _ bueno, la señora Marion tenía el deber de venir por ustedes aquí en Sebastopol, pero al no poder hacerlo por asuntos de trabajo me ha pedido a mí que esté acompañándolos durante su viaje_ nos explicó el hombre amablemente. _ y supongo que eso explica por qué nos hacen viajar a mitad de la noche_ dijo mi hermano un poco enojado, le disgustaba la idea de que nos hicieran viajar a las ocho de la noche solo porque la mujer que se haría cargo de nosotros no podía recogernos en el aeropuerto a cierta hora, la verdad a mí no me molestaba, ya que, si nos íbamos a las ocho de la noche hora de Sebastopol, estaríamos llegando a las cinco de la mañana hora de Boston.     _ sí, lamento las molestias, pero son necesarias_ dijo el hombre como si estuviera recitando un texto de memoria. _no se preocupe_ le contesté reteniendo a Jasper para que no fuera a ser descortés. _muy bien, acompáñenme_ dijo el hombre mostrando una leve sonrisa, Jasper y yo lo seguimos, nos dirigió a un avión que estaba en la parte trasera del aeropuerto, _ este es el avión privado de la señora Marion, lo prestó para que ustedes tuvieran un viaje cómodo_ añadió el hombre mostrándonos el avión, Jasper y yo nos vimos las caras mostrando nuestro asombro, jamás aviamos visto un avión de cerca, y saber que le pertenecía a la mujer que se haría cargo de nosotros era algo impresionante. _muy bien, suban_ nos dijo el hombre, Jasper y yo continuamos, cada paso que daba sentía una fuerte presión en el pecho, me dolía saber todo lo que dejaba atrás, además, el recuerdo de la muerte de mi madre regresó a mi mente, la recordaba a ella ahí, acostada en la cama, tan débil que apenas si podía hablar…  Estaba apunto de dar el ultimo paso para entrar en el avión Jasper me tomó por el brazo.  _ Jaslyn, espera…_ me dijo en un tono sereno pero desesperado a la vez, no dije nada, solo me quedé parada esperando escuchar lo que me diría. _ eh… yo… _ tartamudeó mi hermano, inquieto ante mi mirada. _tranquilo, solo di lo que quieras_ le dije amablemente con una sonrisa forzada, ya que no tenia ni las ganas ni la fuerza para sonreír en ese momento. Jasper me sonrió también forzadamente, tomó aire y me vio a los ojos, su vista era transparente y cristalina, sabía que fuera lo que fuera a decirme seria con el corazón _ bien… Jaslyn yo… yo solo quería decirte que te quiero… y que pase lo que pase siempre voy a estar ahí para ti y voy a protegerte siempre… te lo prometo… Profundamente sus palabras me llegaron al a corazón, quería decirle que yo también estaría siempre ahí para él y que lo amaba, pero las palabras no me salían, solo lo abrasé, me aferré como si fuera la última vez que lo abrazaba, sentía como si él también se iría al igual que mamá, sin darme cuenta algunas lágrimas bajaron por mi mejilla, no lo quería soltar, pero sabía qué tenía que hacerlo, lo solté y lo vi a los ojos, se notaba que también había llorado, aparté la mirada y subí al avión, Jasper subió detrás de mí junto al hombre del ``departamento de menores sin compañía``, me senté en el asiento número 32, junto a la ventana, Jasper se sentó a mi lado y el hombre del ``departamento de menores sin compañía`` se sentó en el asiento de atrás, miré mi reloj para fijarme en la ora, marcaba las 8:15 P. M, el avión despegó suavemente, me recosté junto a la ventana y observé cómo se alejaba todo, todo se miraba más pequeño, la luna llena se veía tan grande y hermosa iluminando todo a su paso, pensé por un momento en cómo habría sido la vida de mi hermano y yo si mamá no hubiera muerto, si nunca hubiéramos tenido que ir nos lejos de casa, lejos del cálido sol de California y llegar a un lugar desconocido con personas desconocidas, sin sol y sin mamá… pensar todo eso me aterraba, así que traté de olvidarlo por un momento, volteé a mirar a Jasper, estaba profundamente dormido, no quise pensar más en lo que dejaba atrás o en lo que nos esperaba en Boston así que me recosté a mi asiento y cerré los ojos tratando de conciliar el sueño. Me tomó mucho trabajo pero al fin pude conciliar el sueño, esa noche tuve un sueño muy extraño, me encontraba en un lugar desconocido, no lo reconocí, el lugar era amplio, varios cuerpos de personas estaban tirados a mi alrededor llenos de sangre, seguí caminando totalmente confundida, escuché un disparo fuerte que me sorprendió, el corazón se me aceleró, estaba asustada y no sabía lo que pasaba, miré más adelante, un chico cayó de rodillas al suelo, corrí para socorrer lo, lo miré de cerca, era Jasper, ahogue un grito entre lágrimas, estaba sangrando y tenía varios impactos de balas en su cuerpo, corrí hacia él y lo tomé de la mano, - ¡Jasper por favor mírame!, todo va a estar bien okey, todo va a estar bien te lo prometo- le dije entre sollozos, lo miré a los ojos, estaba golpeado, pero aun así tenía una sonrisa en su rostro, lloré desconsoladamente, me aterraba perderlo, él me miró -te dije que siempre te protegería- dijo cerrando los ojos cayendo totalmente al suelo. - ¡nooo! - grité abriendo los ojos, miré a mí alrededor, todos estaban en el avión, y Jasper aún dormía, _ ¡fue solo un sueño!, ¡Fue solo un sueño! - me decía a mí misma una y otra vez para tranquilizarme, estaba sudando frio y tenía la respiración agitada, miré por la ventana tomando aire, ya se estaba asomando el sol, sentí una fría y a la vez cálida mano en mi brazo, volteé, era Jasper, - ¿estas bien?, te ves pálida- me preguntó con un gesto de preocupación. -si - mentí con una pequeña sonrisa en mi rostro, - solo un mal sueño- añadí recostándome en su hombro, él se relajó y yo también, Jasper se preocupaba mucho por mí, pero nunca se metía más de la cuenta y eso me agradaba, pues a mí me gustaba tener privacidad. -y tú ¿te sientes bien? - le pregunté, yo sabía que no era así, que aunque no se atreviera a confesarlo estaba aterrado, y él sabía que yo tampoco estaba bien, Jasper trataba de aparentar que todo estaba bien y que nada nos afectaría pero yo sabía que no era así, que estos días serían muy duros y necesitábamos fuerzas para poder superarlos juntos, Jasper asintió, no quería causarme más angustias, el sentía que debía protegerme y ayudarme siempre, cuando eso no es del todo cierto, si debe ayudarme y protegerme, pero el solo no, eso es tarea de ambos, debemos ayudarnos y protegernos los dos, eso era lo que decía mamá y esas fueron sus últimas palabras antes de morir. Un momento después una mujer morena con uniforme de oficial de vuelo se acercó, - Buenos días señoras y señores, estamos a punto de aterrizar, por favor abrochar los cinturones de seguridad y apagar sus aparatos electrónicos, espero que hayan disfrutado su vuelo- dijo la mujer con una gran sonrisa, abroché mi cinturón, Jasper hizo lo mismo, lo observé, cerró los ojos y se agarró del asiento con fuerza, estaba tenso, yo también estaba nerviosa, nunca habíamos subido a un avión, es más, nunca habíamos salido de California, tomé la mano de Jasper, él no la quitó pero tampoco se calmó un poco ni siquiera me miró, el aterrizaje fue suave, no hubo ningún problema, Jasper se tranquilizó, no dije ni una sola palabra, solo tomé aire, estaba aterrorizada por lo que nos esperaba, no sabía cómo era la mujer que nos cuidaría ni siquiera sabía si tenía familia o como eran. Bajamos del avión, reclamamos nuestro equipaje y el hombre del departamento de menores sin compañía, no recuerdo cuál era su nombre, nos llevó con una mujer, era alta, delgada, su piel morena, el cabello ondulado le llegaba a los hombros y sus ojos eran negros azabaches, - chicos ella es la señora Yessica O’Brien, su tutora de ahora en adelante-, dice el hombre presentándonos a la mujer que se aria cargo de nosotros hasta que cumpliéramos los 18 años, yo no dije ni una sola palabra al igual que Jasper, solo nos quedamos ahí parados sin hablar ni hacer nada. -Hola chicos, debemos apresurarnos hoy será un día largo,- nos dice la mujer con una gran sonrisa en su rostro- por aquí- nos indica mostrándonos la salida del aeropuerto, la seguimos en silencio, nos dirigió a una camioneta negra, era una Chevrolet muy lujosa, solo alguien con mucho dinero podría tener una camioneta así, los vidrios pulidos, las puertas sin rayones, estaba muy bien cuidada, era evidente que tenía mucho dinero, subimos a la camioneta, la mujer empezó a conducir, nadie se atrevía a romper el incómodo silencio pero agradable a la vez que se paseaba por todo el lugar. -bueno chicos- dijo Yessica rompiendo el gran silencio que había empezado desde que subimos a la camioneta- sé que se están preguntando porque decidí hacerme cargo de ustedes durante estos dos años y… pues ahí dos razones, la primera es porque su madre era mi mejor amigo y su última voluntad era que ustedes se quedarán conmigo y yo estoy dispuesta a cumplirla,- dejó de hablar y el silencio se volvió a apoderar de la camioneta, Jasper me volteó a ver y la expresión en su cara me daba a saber que estábamos pensando en lo mismo, queríamos saber cuál era la segunda razón, pero no nos atrevíamos a preguntar. -y… ¿cuál es la segunda razón? - finalmente preguntó mi hermano, pensé que le temblaría la voz, pero no, al contrario, su voz se oía firme y segura, y su mirada era fija e intimidante, nunca lo había visto así. -la segunda razón es por su condición, no pueden estar con nadie más que su madre y yo- dice Yessica si quitarle la mirada a la carretera, ¿qué quería decir con nuestra condición?, ¿cuál condición?, estábamos completos y no teníamos ninguna enfermedad peligrosa, además que tenía que ver ella en eso, no entendía nada, todo estaba muy confuso y eso me frustraba, pero Jasper se veía más atormentado que yo, se veía tenso y furioso, no toleraba más todo esto que pasaba. - ¡¿cómo?!, ¡¿Cuál condición?!, ¡Dígame señora!, ¡¿De qué condición habla?! - dice mi hermano bastante alterado, pude observar una pequeña luz roja en sus ojos, jamás la había visto así, pero yo sabía que Jasper no estaba bien. -tranquilízate Jasper por favor- le dice la mujer con ironía, eso me hizo sentir que le agradaba lo que estaba pasando, la ira me invadió, quería gritarle y decirle que esto era una tontería, pero me contuve, no podía perder la cabeza y lo mejor era tratar de tranquilizar a Jasper. -tranquilo Jasper, no te alteres- le digo tratando de tranquilizarlo, aunque no funcionaba y la luz roja en sus ojos se veía cada vez más grande mientras su ira crecía, eso me asustó, no sabía qué era esa luz, pero tenía bien en claro que tenía que tranquilizarlo rápido - ¡Jasper mírame!, tienes que tranquilizarte por favor, ¡tranquilízate! - le hablé firmemente, él se quedó mirándome y bajó la guardia, sus ojos volvieron a la normalidad, eso me tranquilizó un poco, no podía permitir que Jasper perdiera el control, cuando lo hacía mi madre era la única persona que podía calmarlo, y ahora que ella no estaba no me quedaba más remedio que intentarlo. Yessica se detuvo frente a un edificio grande, era hermoso, tenía cristales por todos lados que lo hacía resplandecer, - ¿porque se detiene? - le pregunté desconfiada, no creí que viviera en ese lugar, no se veía como un lugar en el que se pudiera vivir, más bien parecía el edificio de una empresa o algo parecido. -tranquilízate Jaslyn, no seas tan desconfiada_ me dijo irónicamente con una sonrisa hipócrita en su rostro, lo que me hizo enojar, ¿Quién se creía que era?, sentía un fuerte ardor en mis ojos, era como si se estuvieran quemando y la ira aumentaba cada vez más, y ahora era Jasper quien trataba de calmarme.  _solo tengo que recoger algunas cosas aquí, luego iremos a casa, el inspector vendrá mañana a vernos se asegurará de que ustedes estén bien - me contestó bastante sería mientras bajaba de la camioneta, - espérenme aquí y no se bajen de la camioneta, es por su seguridad- añadió alejándose de nosotros, mi ira se fue aplacando con la intensa mirada de mi hermano, esos penetrables ojos azules que solo con la mirada me decían que me tranquilizara. Cuando ya me hube calmado pude notar lo tenso que estaba Jasper, me di cuenta de que yo había estado apunto de perder el control, al igual que mi hermano, y sabia que debíamos controlarnos. -Jasper sé que no confías en ella ni en sus buenas intenciones, yo tampoco confío en ella, pero no podemos hacer nada, así que te pido que por favor no pierdas el control, debemos mantenernos firmes- le dije en forma de súplica, y tenía razón para suplicarle, ya que cuando perdía el control desarrollaba una fuerza invencible que sólo yo podía soportar y aun así no era suficiente. -tienes razón, perdóname, no te preocupes me controlaré te lo prometo, no pasará nada hermanita- me dijo con una sonrisa en su rostro. _perdóname tu también, te prometo que también me controlaré_ le dije tomando su mano, él me sonrió, me recosté en su hombro, me tranquilicé un poco al escuchar la promesa de mi hermano, sabía que cuando Jasper prometía algo lo cumplía a como diera lugar. _..."te lo prometo"…_, escuchar esas palabras me hizo acordar el sueño que había tenido en el avión, por mi mente pasó el rostro ensangrentado de mi hermano cerrando los ojos y cayendo muerto al suelo, me turbé y me separé rápidamente del hombro de Jasper. - ¿en qué piensas? - me preguntó mi hermano incorporándose en el asiento de la camioneta, no quería contarle que estaba pensando en un sueño que tuve y que en ese sueño él caía al suelo sin vida, pero tampoco quería mentirle y no sabía qué decirle. -en nada, solo tonterías- mentí con una sonrisa para que me creyera- bueno, la verdad pensaba en mamá, en sus últimas palabras antes de morir- mentí nuevamente al ver que no me creía, no me gustaba mentirle pero no podía decirle la verdad, en eso Yessica entró a la camioneta con una caja llena de papeles, la puso en el asiento de al lado y empezó a conducir, me di cuenta que Jasper no quería seguir hablando más y en realidad yo tampoco, durante el camino nadie dijo nada ni hizo ningún gesto. 
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