CAPITULO 2

1431 Words
Rafael se perdió en esos ojos, nunca había visto unos tan hermosos y con tanto dolor, quería preguntar lo que sucedía, pero él se fue sin siquiera decir su nombre.   Fernando, entro a la comisaria, debía ver al hombre causante de su dolor...   -          ¿Dónde está? - preguntó a su amigo, era el comisario encargado del caso   -          Relájate Fernando, no puedes intimidar al sospecho - Fernando observo a su amigo con enojo   -          ¿Sospechoso? Estas bromeando, vino a entregarse es el culpable de que ella este muerta - Fernando grito enojado, dolido su mundo estaba cayendo a sus pies y todo por culpa de un hombre imprudente, que estaba ahí dentro y vivo, mientras su dulce y amorosa novia estaba muerta   -          Fernando no me obligues a sacarte de la oficina, no veras a nadie en ese estado – el comisario observo a su amigo no llegaba a entender la magnitud de lo que sentía en esos momentos, pero ahora mismo era el encargado de llevar el caso, no podía darle privilegios por mucho que estuviera sufriendo.   Fernando trato de relajarse, debía pensar bien lo que haría cuando tuviese al hombre responsable de todo lo que estaba viviendo, su vida era un completo infierno sin ella...   Rafael observo en la distancia al hombre con el que había chocado, él estaba teniendo ¿problemas con la policía? parecía muy alterado quiso acercarse de alguna manera sentía que debía, pero se abstuvo, si algún periodista lo captaba ahí frente  a la comisaría sería la comidilla del día y no ayudaría mucho, sabía que Diego ya había movido cielo, mar y tierra para que todas las pruebas en su contra desaparecieran también sabía el precio que trataría de cobrar por eso, lo odiaba hoy más que nunca, más que antes…   Su corazón se paralizó de pena, su chófer no necesitaba estar en ese lugar, era él quien debía estar ahí pero de nada servía saberlo, una vez que su madre había metido las manos en el asunto, todo lo que intentara sería en vano, se fue del lugar, con el corazón roto, pese a la fama de frivolidad que le acompañaba él tenía un corazón noble     -          Él no es el responsable del accidente – el comisario observo a su amigo, ¿estaba volviéndose loco?   -          Su voz, no es la misma, escuche la voz del hombre cuando le pedía a Roxana que despertara, era una voz joven, no la de este hombre - Fernando recordó al chico con el que había chocado, era esa la voz que él estaba buscando, pero ¿y si estaba equivocado?   -          ¿Quién es su empleador? - Fernando preguntó   -          Fernando, soy tu amigo, pero no puedo darte todos los datos del acusado - estaba poniéndose nervioso con la insistencia de Fernando   -          Soy abogado y llevaré el caso - Fernando lo dijo claro y alto, - ahora necesito saber todo sobre él – el comisario suspiro pidió al cielo paciencia difícilmente lograría hacer que su amigo entrar en razón   -          No puedes, Fernando eres la parte afectada, pondrás tus sentimientos antes que tu objetividad - Fernando apretó los puños, porque su amigo tenía razón    -          Envíale a Alonzo la información, él será mi abogado, de todas maneras me enterare para quien trabaja solo dímelo ahora - Fernando sabía que estaba presionando a su amigo pero su rabia y dolor era mayor   -          Rafael Sánchez  Cordero, un famoso actor que ha subido como la espuma en los últimos meses - al final del día Fernando sabría todo sobre Rafael estaba seguro de ello   Fernando salió de la comisaría, tenía pendiente llevar a cabo la ceremonia para Roxana, sería solo su familia y algunos amigos que la conocieron, ella no tenía familia solo lo había tenido a él...       -          Rafael ¿a dónde fuiste?, sabes lo preocupado que estaba por ti, cielos creí volverme loca - Sara era un manojo de nervios, Luisa había llamado para avisarle de las intenciones de Rafael   -          ¿Por qué Sara?, ¿Por qué aceptaste lo que mi madre, hizo?, ¿Por qué?  - Rafael seguía lamentándose por su chófer era un buen amigo para él y sobre todo se sentía traicionado por su mejor amiga.   -          Me pareció lo mejor en su momento Rafael, sabemos que el accidente no fue tu culpa, pero la justicia no podrá contra Diego, sabes lo poderoso que es, también sabes sobre sus negocios ilegales si alguien pudiera probar su culpa sobre eso, tal vez y solo tal vez habría una oportunidad - Rafael sabía que Sara tenía razón el infeliz de Diego, tenía comprada a la justicia por lo que decidió hacer todo lo posible para hacerlo caer, de esa manera podría honrar la memoria de la chica que falleció por su causa. Pero Sara no debía de saberlo. Sara le era leal a su madre, aunque él la había visto como una hermana, sabía que ella le rendiría cuentas a su madre, era ella quien lo había contratado y lo había llevado a su vida, suspiro, nada, nada estaba bien.   -          Rafael - Sara se preocupó mientras Rafael se encerraba en su caparazón, rara vez se mostraba tal cual era, pero ahora parecía que su corazón sería más difícil de atravesar.   -          Estoy bien, no te preocupes ahora sólo quiero descansar ha sido un día muy largo - Rafael se fue a su habitación esperando que Sara no fuera a informarle a su madre, de ahora en adelante tendría que hacer todo por su cuenta o quizás Víctor podría ayudarlo era su amigo desde la escuela, estaba seguro que no le diría no. Al menos para cubrir su espalda     Un mes después...   Rafael salió a correr como todos los días, debía mantenerse en forma, le habían anunciado el protagónico de una nueva película, esta sería su oportunidad para consagrarse  y quizá al final retirarse de la farándula, no había sido su sueño sino el de su madre, él quería otra cosa, tenía otros sueños y quería perseguirlos   Estaba tan distraído que no se fijó cuando su cuerpo fue impactado y paro en el frió suelo, arrugo la frente dispuesto a discutir con su agresor...   -          Lo siento ¿estás bien? - Rafael se quedó mudo, esos ojos de nuevo y ahora esa sonrisa en su rostro lo hacía ver realmente hermoso, su corazón latió de manera desbocada como nunca antes, no era un secreto sus preferencias sexuales, él nunca lo escondió y aunque en su mundo era un poco difícil lidiar con el asunto aprendió a hacerlo o fingir ignorar los rumores por los pasillos de la casa Productora.   -          ¡Hey!, ¿estás bien? - Fernando volvió a preguntar, no había sido difícil, coincidir con el famoso actor, le parecía raro que no estuviera con algún escolta pero eso era mucho mejor para él   -          Si, si, lo lamento, creo que fui muy distraído - Fernando lo ayudo a levantarse   -          Fernando Arreaga, un gusto - Fernando extendió su mano ahora presentándose   -          Rafael Sánchez, encantado - Rafael tomo la mano de Fernando, mientras un hormiguero lo atravesó, sonrió nervioso tratando de no ser muy obvio no quería asustarlo   -          Siempre ¿sales solo? - Fernando sonrió mientras lo veía sonrojarse   -          Si, lo prefiero así - Rafael continuo caminando con Fernando a su lado   -          Lamento escuchar eso - Fernando fingió estar decepcionado   -          ¿Lamentas? ¿Por qué? - Rafael no quería hacerse ilusiones   -          Me gustaría unirme a ti, cada vez que pueda, mi trabajo es un poco estresante - Rafael sonrió la idea le agradaba demasiado para su propio bien   -          Me encantaría, a ¿Qué te dedicas? - Rafael se sentó en la banqueta del parque mientras le daba una botella de agua, siempre tenía consigo una de reserva   -          Gracias, soy Abogado - Fernando bebió casi de un trago el contenido de la botella, mientras Rafael observaba hipnotizado como se movía la nuez de su garganta  mientras el agua pasaba por ahí   -          ¿Te gusta lo que ves? - Fernando sonrió malvadamente   -          Lo siento, ¿soy tan obvio? - Rafael desvió la mirada hacia el cielo, tratando de disimular su estado   -          No te preocupes, por ello, me gusta lo que veo también - Fernando se paró, para continuar su marcha   -          Espero verte mañana - Fernando le sonrió   -          ¿Es una cita? - Rafael preguntó emocionado   -          Dejemos lo al destino - Rafael observó como el hombre salía corriendo, mientras su corazón se aceleraba, suspiro, sería tan fácil enamorarse... 
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