2: Bienvenida

2195 Words
Diana se levantó muy temprano al día siguiente, prácticamente se obligó a dormir la noche anterior ya que estaba muy emocionada por empezar a trabajar para su amado William, se puso un traje de tres piezas para mujer de color n***o, se acomodó la falda y se dispúso a maquillarse un poco, quería lucir fresca todo el día, y si usaba mucho maquillaje eso no sería posible, se sujetó el cabello en una coleta y se miró en el espejo, y si, se miraba muy bien, Diana esperaba que William también se diera cuenta de lo bien que se veía, después de todo era para él, para quien ella se arreglaba, Tomó su sombrilla y se puso sus guantes antes de salir, se apresuró a subir a su carro con vidrios polarizados, prendió el aire acondicionado, condujo hasta ‘Velatrix`, suspiró y miró su reloj, “7:05 am” Había llegado una hora antes, pero no importaba, entró al estacionamiento y bajó muy feliz, subió a recepción y miró a los dos hombres bien vestidos que parecían un poco frustrados al igual que la recepcionista quien estaba casi sudando, Diana llegó para registrarse y para que la dejaran pasar, y entonces supo cuál era el problema, los dos hombres hablaban Francés y las recepcionistas no entendían él idioma, —Esto es una pérdida de tiempo, es un buen negocio el que propuso el señor Weaver, pero perderemos el vuelo—dijo uno de los hombres, —Buenos días disculpen la intrusión, ¿Puedo ayudarles en algo?— preguntó Diana con un francés muy fluido y bien pronunciado, Los dos hombres la miraron de pies a cabeza y quedaron maravillados por la bonita rubia, —Buenos días, tenemos una cita con el señor Weaver a las nueve, pero lamentablemente no podemos quedarnos hasta esa hora, ya que tenemos un vuelo urgente a Brasil, tratamos de contactarlo pero no responde— —Ya veo, déjenme ayudarles—dijo Diana y puso su mejor sonrisa, —Estos hombres están buscando al señor Weaver—le dijo Diana a las recepcionistas, —Él no llega hasta los ocho— respondió una de ellas, —Traten de contactarlo, díganle que los franceses están aquí y que si no llega se van a ir sin cerrar el trato— dijo Diana y se giró para ver a esos hombres, se presentó ante ellos y sonrió, —Señorita Denisse tenemos prisa, ¿cree que el señor Weaver llegará pronto?— preguntó uno de los franceses, —Él llegará muy pronto, déjenme invitarles un café, vamos a la sala de juntas— les dijo Diana con amabilidad, Mientras tanto William aún estaba en su casa tomando el desayuno cuando una de las empleadas llegó y le dio el teléfono inalámbrico de su casa, —Señor, le hablan de la empresa—informó la empleada, —Gracias— dijo William y tomó el teléfono, –¿Qué ocurre?— —Señor Weaver los franceses están aquí y lo están buscando con urgencia, dicen que tienen que tomar un vuelo, y quieren verlo de inmediato para cerrar el trato — –Maldita sea… perdón, por favor no dejen que se vayan, estaré ahí en veinte minutos — dijo William y colgó el teléfono, se apresuró a salir de su casa y subió a su auto, puso a cargar su teléfono y en el camino le marcó a Alex, —Diga—respondió Alex la llamada, —Alex dime que ya vas para la empresa —pidió William, Alex miró a la mujer que dormía en su cama y sonrió, –No, apenas voy a bañarme– —Los franceses llegaron antes para firmar el contrato y si no llegamos ahí ahora se van a ir, olvida la ducha, te necesito en Velatrix ya, ¿Entendido? – —¡Carajo!, está bien, me daré prisa, te veo hayá— dijo Alex sin más remedio, William condujo tan rápido como le fue posible, llegó a recepción olvidando por completo su cubre-bocas y sus gafas de sol, eran los accesorios que estaba acostumbrado a usar, para evitar que la gente lo mirara más de la cuenta, —¿Dónde están?—preguntó William, Las recepcionistas tardaron unos segundos en reaccionar y una de ellas respondió: —Ya se fueron señor – –¿Qué? – —Hace unos diez minutos que se marcharon— —¿Y qué fue lo que dijeron?— Las dos recepcionistas se miraron una a la otra y se encogieron en hombros, —No lo sabemos, la señorita Denisse los atendió en la sala de juntas— —¿Denisse?... ¿Quién es Denisse?— William subió al piso 42, donde estaba la sala de juntas, estaba empezando a perder la calma, el contrato con los franceses era por casi 7 millones de dólares, perderlo sería una pena, entró a la sala y se sorprendió de ver a la hermosa rubia sentada en una silla jugando con un lapicero, –Buenos días señor Weaver – dijo Diana, —¿Qué pasó con los franceses? – preguntó William ignorando su saludo, —Dijeron que trataron de contactarlo, y que usted no respondió, estaban un poco molestos, pero les hice ver que ellos también tuvieron la culpa— —Señorita Denisse… ¿Qué fue lo que dijeron con respecto al negocio que teníamos?— —Pues dijeron que no volverían hasta dentro de seis meses, que viajaban a Brasil— “Maldita sea, ahora tendré que ir hasta Brasil por una puta firma” pensó William, y se sentó en una de las sillas un poco lejos de Diana, quien lo veía como si él fuese un trozo de carne grande y jugoso, William aflojó su corbata y se recargó en la silla, tenía mucho trabajo y no tenía tiempo, ni intenciones de viajar a Brasil, Diana se puso de pie y tomó unas hojas, se acomodó la falda y caminó con elegancia hasta William, lo miró sin disimular y William también la miró a ella, —Antes de irse le dejaron esto— dijo Diana y le puso los papeles frente a él, William se sintió un poco incómodo por la cercanía de Diana, pero lo disimuló muy bien, leyó los papeles delante de él y se sorprendió mucho, –¿Quién hizo esto? – –Yo por supuesto, junto con ellos— William quería abrazarla y besarla, ella había logrado que ellos firmaran el contrato, —Ellos se llevaron una copia, con mi firma, y esperan que usted les mande un contrato con su firma en seis días, o este contrato se va anular— William estaba sorprendido, ella le había solucionado un sinfín de problemas, -Gracias— —Se lo dije señor Weaver, no sé iba a arrepentir de haberme contratado— dijo Diana y se inclinó un poco para acomodarle la corbata, William olía tan bien, y tenía un excelente físico, tenía unos brazos enormes y firmes, era alto y los trajes que usaba eran ajustados, dejando ver ligeramente lo bien dotado que estaba, Diana quería que él la cogiera justo ahí, que la hiciera gritar de placer, se alejó de él después de acomodarle la corbata y sonrió, El pobre hombre solo se aclaró la garganta y se rasco una ceja, -Muy bien, iré a mi oficina entonces, espera a que llegué Cédric para que firmes tu contrato— dijo William y se puso de pie, —Claro señor— dijo Diana y se mordió el labio inferior al verle el bien formado trasero, todo él la volvía loca. ……………. Debo de admitirlo, Diana estaba jodidamente buena, no tendría ningún problema en dármela algún día, claro, si ella estaba de acuerdo en tener sexo sin compromiso, no quería nada serio con ninguna mujer, en cuanto a lo de mi “Voto de castidad “ no era algo literal, yo era hombre y tenía necesidades, Entré a mi oficina y guardé el contrato bajo llave, Sentí una punzada en mi entrepierna y traté de controlarme, esperaba que Diana no fuera un problema, solo me mantendría alejado de ella, todo sería meramente laboral entre nosotros a menos que… —William ya llegué— dijo Alex al entrar sin tocar la puerta, parecía que había corrido hasta aquí, pues ni siquiera se había puesto la corbata, y su camisa de vestir estaba desfajada, —Ya no importa, ya se fueron— —Mierda… ¿y que hay del contrato?— —Mi asistente lo cerró—respondí, —¿Tú asistente?— —Si, la que contratamos ayer— Alex se sentó en uno de los sofás y me miró con los ojos entrecerrados, —¿A quién contrataste?, dime por favor que no fue a la de cuarenta años?— —No, no fue a ella— —¿Entonces quien?— —A la rubia— Alex sonrió y aplaudió muy feliz, —No me estas tomando el pelo, ¿verdad?— —¿Alguna vez lo he hecho?— pregunté mientras encendía mi computadora, —¿Dónde está?, tengo que darle la bienvenida, esa mujer está tan buena que por ella soy capaz de comportarme— —Mira, no me importa lo que hagas con ella, pero que no sea en el trabajo, la última imagen de mi secretaria sobre tu escritorio aún no se me borra— dije y sentí escalofríos en mi cuerpo de solo recordarlo, —Tranquilo, a esta si la llevaré a un buen hotel para darle mi mejor servicio— —Quedas advertido Alex, no quiero problemas, ¿De acuerdo?— —Si señor, si me disculpas tengo algo que hacer— dijo Alex y se puso de pie para salir de mi oficina, yo ya sabía que era su “algo que hacer”, Alex era un casanova, siempre lo había sido, y si alguna mujer lo cambiaba sería digna de ganarse un premio. …………… —Firma aquí— me dijo Cédric, y me indicó en dónde con su dedo índice, aún no podía creer que mi contrato era solo por un mes, solo debía de esforzarme mucho y demostrarle a William que yo era digna de él, en mi mente aun estaba su olor tan único a colonia de hombre, el tono rosado de sus labios gruesos y sensuales, y sus ojos, Dios, sus ojos azules tan encantadores, Que estúpidas debieron de ser las mujeres con las que estuvo y que lo dejaron, él era el hombre perfecto, bueno, al menos para mí lo era, —Muy bien, entonces oficialmente ya eres empleada de Velatrix, vamos te llevaré con William— Yo me levanté encantada al oír esas palabras y seguí al señor Cédric hasta el piso 60, había un escritorio vacío cerca de la oficina de mi William, ese sin duda debía de ser mi lugar de trabajo, entre a la oficina de William justo detrás de Cédric y lo miré directo a los ojos, —Ya quedó listo el contrato, la dejó en tus manos, con permiso— dijo Cédric y salió de la oficina, Esta oficina era perfecta, imaginé las cosas que podríamos hacer él y yo en privado, –Tome asiento señorita Denisse – Yo fui obediente y me senté en uno de los sofás, crucé las piernas y esperé con paciencia, William se puso de pie y se sentó en uno de los sofás delante de mi, —Mira, se que dijiste que no tenías experiencia como asistente, así que espero que aprendas rápido, necesito que me ayudes con mi agenda, que te ocupes de mis citas, que me ayudes con los balances, que me ayudes a manejar costos, que me ayudes con las gráficas de ganancias, etc., también espero que no tengas problemas en quedarte horas extra, yo no me voy de la oficina hasta después de las ocho, por supuesto el tiempo que te quedes se te va a pagar, ¿Tienes algún inconveniente con eso?— —No señor— —Mi empresa aún está en crecimiento, así que tenemos mucho trabajo, espero que des lo mejor de ti – —Téngalo por seguro— aseguré mientras miraba sus labios, moría de ganas por morderlos, por saborearlos y hacerlos míos, de solo imaginarlo sentía que mi cuerpo empezaba a arder, Él se puso de pie y se acomodo su saco, —Por favor acompáñeme—ordenó, Yo lo seguí muy de cerca, muy, muy de cerca, me llevó al escritorio que estaba afuera de su oficina y me miró, —Este será tu escritorio de ahora en adelante, ven— Me llevó hasta otro escritorio ocupado por una mujer que no se veía muy amable y dijo: —Ella es Liliana, está como mi secretaria temporal, ponte al día con ella, Liliana ella es Diana, enséñale todos los pendientes y dale mi agenda— —Si señor Weaver— dijo Liliana, —Bien, entonces… bienvenida— dijo William y estiró su mano hacia mí, yo por supuesto la estreché con gusto, no era la única cosa que le quería estrechar.
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