David llama a su padre para decirle que un socio potencial quiere invertir en su negocio, al padre le extraña eso, porque no ha hecho ni siquiera publicidad decente de su negocio. Aunque acepto recibirlo, en eso miro que tenía una cita con un ruso, la hora se estaba acercando, la verdad no comprendía nada, pero escucharía aquel extranjero. —Señor, la persona que espera ha llegado. —Hágalo pasa. —Mira entrar aquel hombre alto y fornido muy elegante con su traje impecable de color n***o. —¡Bienvenido por favor, siéntese! —Muchas gracias por recibirme. —Pero habla bien el español, cuando me dijeron su nacionalidad pensé que me tocaría buscar un intérprete. —Me defiendo con el español. —Mi hijo David dice conocerlo, me hablo muy bien de usted. —Sí, tenemos negocios juntos, la realidad

