Matteo se quedó sentado sin saber cómo reaccionar, le parecía todo tan irreal, tenía la sensación de que todo le estuviese pasando a otra persona, por un momento un atisbo de descontrol intentó abrirse paso en su interior, a punto de desesperarse, pero lo retuvo, se levantó, caminó al bar y se sirvió un vaso de whisky, se lo tomó de un solo trago, nunca se permitía descontrolarse y no iba a empezar ahora. Las palabras de Gálata quedaron revoloteando en su interior, se negaba a creer que sus vidas habían sido de esa manera, sin embargo, tras unos minutos de reflexión y rememorando recuerdos del pasado, llegó a una dolorosa conclusión, la cual se negó por mucho tiempo, quizás ella tenía razón, fue inevitable impedir las ráfagas de recuerdos. «Llegó del trabajo luego de haber tenido varias

