—¿Un hombre para todo? —preguntó—. —Pero un maestro de nada —respondió, terminando la cita. No era cierto, pero sonaba bien. Y mejor aún, la hizo reír. Ella se movió y ese tentador olor a Riley se apoderó de él de nuevo. «Creo que va a gustarme volar con esta chica… probablemente demasiado». …* * * Un fragmento de luz de luna plateada se deslizaba hasta su cenit cuando Russ salía desnudo de su cabaña hacia el bosque. El frío aún no había crecido tanto como para morderlo, aunque incluso cuando lo hiciera, no dejaría de hacer su ritual nocturno el cual lo recargaba de energía. La luz se filtró entre los árboles y le tocó, despertando a su bestia, instándole a despojarse del hombre y liberar al animal. Russ no hizo ningún esfuerzo por resistirse. Su cuerpo se estiró y expandió, duplicando

