Año 593.

1250 Words
La guerra en la isla de Itsukushima fue demoledora para la isla, las tres deidades encargadas de proteger los tesoros y las puertas del infierno habían fracasado estrepitosamente, habían luchado dejando su sangre azul por la arena blanca que cubría la puerta de los muertos no pudiendo controlar los espectros que salían y vagaban sin descanso, los espíritus gritaban en ruidos ensordecedores, teniendo que tapar los oídos para que estos no sangraran, los caballeros del infierno cabalgaban y luchaban dejando un aura negra que helaba la sangre. Ichi miraba horrorizada el caos en lo que su tierra se había convertido, su sangre azul empapaba su kimono azul haciéndolo más pesado y oscuro, busco arduamente a su amado entre toda la muerte que le rodeaba y lo encontró al fin luchando con uno de los espectros más fuertes y aterradores, Tagori lucho con todas sus fuerzas para proteger lo poco que quedaba por salvar hasta que aquel espectro se dispersó en el aire, aturdido, miro a su alrededor viendo que todo estaba perdido, quería gritar, llorar, su amada llego junto a él sabiendo lo que tenían que hacer para concluir este infierno y que no sobrepasase al pueblo. Tagi el hermano de Tagori luchaba con fiereza, pero no servía de nada se reunió junto con su hermano y cuñada viendo lo que había sido su hogar reducido al infierno, todo estaba desolado y lleno de la sangre de sus fieles. Tagori se acercó a su hermano, lo abrazo con toda la fuerza que pudo reunir. — Sácalos de aquí, protégelos hermano, ahora son tu familia. — Tagi reprimió las lágrimas sabiendo lo que su hermano estaba a punto de hacer, lo entendía quería proteger a su familia el haría lo mismo, así que abrazo a su hermano por última vez y se llevó a Ichi para sacar del escondite a su sobrino y sacarlos de allí lo más rápido posible. Ichi se resistió cuando entendió lo que su amado y cuñado planeaban, lloraba con fuerza y se retorcía en los brazos de Tagi, pudo tocar un poco la mano de su amado, pero solo segundos, Tagi se la llevaba arrastrando ya que su llanto atraía a los espectros y tuvo que quitarse algunos de su camino, sacaron a su pequeño hijo de tres años que lloraba en la pequeña canasta de hebras, salieron rápidamente hacia el gran puente que unía la isla con el pueblo, Ichi intento correr hacia su amado pero Tagi fue más rápido y destruyo el puente de madera que lo unía, esta cayó al suelo arrodillada viendo la gran honda de luz amarilla que indicaba que su amado había muerto llevándose consigo a los espectros, a los caballeros infernales que los acechaban, a sus fieles y guerreros, no quedaba nada, todo estaba convertido en cenizas, solo quedando así la gran puerta que los separaba de los muertos, un Torii solitario rodeado de arena ahora negra. · ┈┈┈┈┈┈ · ꕥ · ┈┈┈┈┈┈ · Ichi, Tagi y Tenjin consiguieron escapar con el sacrificio del dios Tagori, tenían la posibilidad de ir al Reino de los dioses, podrían pedir ayuda para restablecer su pueblo o vivir allí hasta que su hijo creciera y le asignaran un mundo que proteger, pero Ichi no estaba en buenos términos con su padre Dios de todo el universo así que decidió que no quería un posible final o parecido para su hijo como tuvo su padre así que con la ayuda de Tagi lo criaría ajeno a todo este mundo sin magia de por medio en el mundo de los humanos, se establecieron en la ciudad de Nara en el imperio Asuka, Ichi lo había creído conveniente después de barajar varias opciones Tenjin crece lleno de amor pensando que Tagi es su padre pues Ichi y Tagi se acaban enamorando con el paso de los años lo que lo hace más creíble para que Tenjin no se entere de nada, cuando Tenjin cumple los cinco años Ichi y Tagi tienen otro bebe llamado Saeki, estos crecen y viven totalmente creyendo que son humanos pero esto solo dura hasta que cumple la edad de catorce años, cuando uno de sus compañeros en el templo budista donde iba a estudiar se burlaba de su hermano pequeño porque le costaba aprender un poco más a comparación de los demás compañeros de su clase, esto causo que la ira de Tenjin saliera en forma de magia hiriendo al compañero de su hermano lanzándolo hacia atrás en un empujón no tan humano, esto asusto a los tres chicos su compañero salió corriendo con temor, también asustado Tenjin miro sus manos asustado una brisa azul brillosa salió de sus manos, intento volver hacerlo pero sin éxito, su hermano lo miro asombrado, entraron de nuevo a sus respectivas clases Saeki miro al compañero que había atacado su hermano pero este lo miro con terror y se alejó de él, en la clase se notaba cierta tension y no era lo normal en un templo budista, cuando terminaron las clases salió de allí rápidamente dirigiéndose a casa junto a su hermano, tenían que contárselo a sus padres, no sabía todavía si el compañero de su hermano se quejaría de él. Llegaron corriendo tirando sus bolsas de la escuela en el suelo de su humilde casa esta estaba situada al borde de un lago realmente bonito, Tagi mira a sus hijos con preocupación al verlos ansiosos pues no era normal en su comportamiento. — ¿Dónde está mama? — Preguntaron los dos al unisono. — Su madre al escuchar alboroto entro en la casa buscando a sus hijos y estos comenzaron a hablar rápido y con nervios, Tenjin hacia el gesto con sus manos, sus padres no entendían nada hasta que Saeki dijo una brisa azul brillante, ambos adultos se miraron con preocupación, ya entendían que pasaba así que debían hacer algo inmediatamente. —Hijo eso no es posible, quizá tu mente se confundió, quizá tu ropa se quedó trabada, el sol hizo reflejas algo en el suelo. — Los dos adultos decían cosas sin sentido los dos niños perdían ilusión y la confusion se veía en sus ojos verdes y azules, los dos niños callaron sin entender a sus padres. — Pero es verdad, yo lo vi y ese niño lo vio también, el estará herido seguro que vendrá a casa a decir que Tenjin le pego... — Saeki decía con voz triste Tenjin era más mayor que él así que entendió que sus padres evitarían el tema. Los días transcurrían y no dejaban de pensar en lo que había pasado, el niño no fue a casa a quejarse, no molesto más a su hermano pequeño así que era la prueba de que eso sucedió, Tenjin quería respuestas y si sus padres no querían dárselas buscaría a alguien que, si quisiera hacerlo, salió con su hermano al pueblo, paseaban hasta que escuchó una conversación que le intereso. — Has oído la chamana ha vuelto al pueblo, por algo a cambio es capaz de leerte el futuro o responder algo que quieras saber ¿Deberíamos ir? — Le pregunto un esposo a su mujer. — Claro que no, esa gente solo quiere sacarte el dinero, solo los dioses saben que nos deparara en el futuro. — El esposo la miro con decepción y se marcharon de la plaza, Tenjin quería respuestas y quizá esa chamana podría dárselas, así que solo le quedaba saber dónde vivía esa chamana y que le daría a cambio.
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