Obsesión Irresistible

Capítulo 5||

Leah Johnson

Una vez preparada, arreglada, un poco maquillada y todo empacado, bajo las escaleras. Las voces de los chicos se escuchan lejanas ya que todos están afuera esperándome, sí, soy la última en bajar. El vuelo sale a las 4 y todos aquí han estado listo desde las 2, y recién ahora son las 3, así que no es culpa mía de que ellos sean puntuales demás.

Mis padres llegan hoy a casa, en eso de las 7 pm, por lo que no los veré antes de marcharme, aunque no es como sí me emocioné la idea de hacerlo. Nial ya les ha avisado de nuestro viaje, cosa que los hizo muy feliz y claro como no, iban a tener la casa totalmente sola para ellos, para hacer quien sabe que cosas, cosas las cuales no quiero imaginar. Salgo de la casa y las caras de los chicos parece aliviarse al verme. ¿Qué desesperados, no?

—Sí por tu culpa nos deja el vuelo estarás en serios problemas, Leah. —Espeta Nial y yo ruedo mis ojos.

—No nos dejará, el aeropuerto solo queda a una media hora. Después de todo hay que esperar allá, pocas veces el vuelo sale a la hora exacta. —Respondo. Maya asiente en mi dirección, Mia rueda sus ojos, Logan igual, Ava le sonríe a Hunter lejos de la conversación, él observa pero no le da interés mientras que mi hermano levanta una de sus cejas.

—Pues preferimos esperar allá. —Dice agarra mi enorme maleta y la entra en el baúl del taxi que nos espera. Es un taxi de esos amplios, donde caben varias personas. Yo subo primero por lo que quedo al fondo, Logan lo hace después, Ava, Hunter y lo siguen, Mia, mi hermano y Maya, que se sientan delante.

Nial le da las indicaciones al señor del taxi y este arranca. En la parte trasera de atrás estamos cuatro mientras que en la parte delantera solo hay tres, Mía, Maya y mi hermano, es decir que junto a mí y a Logan están la parejita del año.

—¿Bebiste la pastilla, hoy? —Me susurra Logan acercándose más como sí fuera posible. Yo le doy una mirada incrédula.

—Podrías cerrar la boca y no preguntarme eso aquí, podrían escucharte. —Le reprocho, Logan abre su boca para hablar pero Ava lo hace antes.

—Wow, parece que se están llevando mejor. —Exclama, Logan se tensa y yo levanto ambas de mis cejas.

—¿Cuándo nos hemos llevado mal? —Le pregunto y ella sonríe.

—No lo se, solo que ahora parecen ser más cercanos, ¿No es así, amor? —Hunter levanta su vista por primera vez desde que entramos en el coche en mi dirección, trae puesto uno de sus auriculares y parece estar centrado, haciendo algo en su celular. Nos miramos por unos cortos segundos y el solo asiente y vuelve a lo suyo. —¿Ves? Sí tienen algo entre ustedes no deberían esconderlo, eso sería realmente genial. —Indica, Logan vuelve a tensarse a mi lado.

—No tenemos nada y si fuera así no tendríamos por que esconderlo a diferencia de otros. Es más ¿por qué lo haríamos? —Pregunto sarcástica, Ava parece sorprenderle mis palabras por lo que se queda callada, quizás analizando que decir. Antes de que está pueda abrir su boca, el taxi estaciona frente al enorme aeropuerto.

Todos nos bajamos, los chicos sacan las maletas y me sorprendo al ver a Logan tomar la mía, Hunter saca la de Ava y Mia y luego la de él. Los chicos se pelean por pagar el taxi y los tres terminan pagando cada uno una parte.

Entramos al aeropuerto, exactamente a las 3:35, Nial y Hunter van a recepción, los demás nos sentamos a esperar. Veo la pequeña tienda de comidas chatarras, tomo mi bolso y me acerco hasta esta. Todo esta tan impecable y ordenado como la primera vez que entre. Camino a través de los pasillos hasta llegar a las papas, galletas y refresco, hecho cada una de ellas en un pequeño canasto. Siento la presencia de alguien a mi lado y giro mi rostro hasta encontrarme con un Logan con su ceño fruncido.

—Papas, doritos ¿En serio? ¿Esa es tu manera de almorzar? —Pregunta burlón, yo lo empujo para sacarlo de mi camino, ignoro sus palabras y voy a la caja.

Pongo todas mis cosas sobre esta, hay tres chicos atendiendo las cajas, dos chicas y un chico de pelo rubio y ojos color miel claro, es la primera vez que lo veo trabajar aquí, no es que siempre este viajando pero realmente nunca lo había visto y es un chico guapo jamás lo pasaría por desapercibido. Veo a las chicas haciéndole miraditas y coqueteo a Logan, una de ellas lo llama y el se acerca como todo un macho playboy, ruedo mis ojos y los pongo en el chico lindo.

El rueda mis compras de manera automática, me sonreí amablemente y las empieza a facturar.

—No te había visto por aquí antes, ¿Eres nuevo? —Pregunto claramente con la intención de conversar. Él levanta su mirada y me vuelve a sonreír.

—No mucho, tengo dos semanas ya aquí. ¿Tu, viajas mucho? —Me pregunta, toma una gorra del mostrador y la pone en su cabeza de manera contraria hacia atrás, haciéndola lucir bastante atractiva en él, a pesar de que dicha gorra tiene el logo del establecimiento.

—Digamos que de cada año, unas cinco veces. —Le respondo encogiendo mis hombros, el chico apoya sus manos en el mostrador y se inclina para acercarse un poco más a mí.

—Es decir que no veremos a menudo por aquí. —Afirma y me guiña un ojo, ¿Esta coqueteando conmigo o son ideas mías?

—Sí, me llamo Leah. —Me presento a pesar de que no me ha preguntado pero vamos, no todo el tiempo lo tiene que hacer el chico ¿o sí?

—Mucho gusto Leah, yo soy Eward. —Me tiende su mano, la tomo y este se lleva la mía hasta sus labios donde deposita un pequeño beso en mi torso.

—Emm... ¿Todavía no te han facturado esto, cariño? —Cuestiona Logan, colocándose a mi lado. Eward suelta mi mano de inmediato. Yo fulmino con la mirada a Logan, quien tiene una sonrisa divertida dibujada en su rostro.

—¿Qué dices idiota? —Indago con brusquedad, Eward se sorprende ante mi tono molesto y Logan sonríe satisfecho.

—No me hables así delante de las personas, mi amor. —Escupe sin dejar de sonreír. —Además espero que no hayas olvidado beberte la pastilla del día siguiente, ya sabes para que no seamos padres tan temprano. —Vuelve a decir y yo abro los ojos sorprendida. Eward se remueve incómodo.

—Cierra la boca imbécil. —Le reprendo aún más molesta. ¿Quién demonios se cree este idiota? ¿Y qué es lo que pretende exactamente?

—Eh, este, aquí tienes. Son 50 dólares. —Interviene el rubio pálido con nerviosismo. Le pago, me despido apenada y salgo de ahí echando humo. Logan detrás de mí sonriente.

Sonrisa la cual borro en cuanto mi mano impacta contra su rostro, dándole un bofetón.

—¡Auch! ¿Por qué putas me pegas? —Pregunta. Lo miro con incredulidad.

—¿Cómo qué por qué, imbécil? Acabas de mandar por el fregado a un futuro ligue o quien sabe quizás novio. —Suelto cabreada. Lo de novio no iba en serio, no quiero tener nada que ver con eso por ahora. Logan ríe de manera sarcástica.

—Por favor, se ve a leguas que solo te quería follar. —Espeta rodando sus ojos. Esta vez soy yo la que ríe.

—¿Quién dice que yo quería lo contrario?—Inquiero y él niega con su cabeza.

—No dejas de sorprenderme. —Comenta con seriedad y luego empieza a caminar hacia los chicos dejándome atrás.

Yo me acerco hasta ellos igual, me siento donde anteriormente estaba, les brindo algo de lo que compré a los chicos y todos aceptan excepto Logan y Hunter claro. Una media hora después llaman para nuestro vuelo, llevamos nuestras maletas hasta el señor encargado y entramos en el avión. Esta vez, Logan, Hunter y Ava se sientan juntos, Maya, Mia y Nial y yo con dos completos extraños a mi lado.

Saco una pequeña almohada de mi bolso y la pongo en mi cuello, unos veinte minutos después el avión despega. Las personas a mi lado empieza hablar lo que me parece ruso por lo que tomo mi celular y auriculares del bolso, coloco la música aleatoria y me relajo. Unas dieciséis músicas después mis párpados empiezan a pesarme, me acomodo mejor para dormir pero en ese momento veo a Hunter cruzar, me da una rápida mirada y sigue su camino a lo que me imagino que es al baño.

Una loca idea pasa por mi mente, no tan loca como yo pero me gusta. Me quito los auriculares y los guardo junto con mi celular. Me paro y pido disculpas mientras cruzo a través de las dos personas ya que mi asiento es el de la ventana. Una vez al final del pasillo, cruzo a través de las cortinas oscuras, veo claramente el nombre de damas y caballeros en cada puerta, aprovecho la soledad en el área, abro la puerta y me adentro en el baño de hombres.

Hunter esta lavando sus manos en el lavamanos y hay un niño de unos siete años junto a él lavándose las igual. Ambos notan mi presencia, él niño me mira con el ceño fruncido y Hunter sorprendido.

—¿Qué rayos....? —Cuestiona pero deja las palabras a medias al mirar al niño.

—Disculpe señorita pero creo que se equivocó de baño. —Me dice el niño.

—Sí, pequeño ya se. Solo que el de las chicas esta ocupado. —Le digo y este asiente.

—Oh, ya veo. —Susurra y sale luego de despedirse con las manos, particularmente no me gustan los niños pero este me pareció adorable.

—¿Qué putas haces aquí? —Inquiere Hunter, yo cierro la puerta con seguro a mi espalda y me le acerco.

—¿Vos, qué crees? —Cuestiono, me posiciono frente a él y él se ríe.

—No te cansas, ¿verdad? —Pregunta y yo arrugo el entre cejo. —Estoy saliendo con la que supuestamente es tu mejor amiga ¿y tu sigues con esto?

Ruedo mis ojos. Él mejor que nadie sabe que él me gustaba antes y a Ava no le importó, ¿Por qué putas tenía que importarme a mí? Sí, soy toda una zorra, ya lo se, y ya me lo han dicho y la verdad no me importa.

—No, ¿Por qué debería? ¿Estoy corriendo acaso? —Pregunto riendo, pongo mis dos manos contra el lavamos y lo encierro entre ellas, aunque obviamente con un simple movimiento puede quitarme. —¿Por qué no te rindes de una vez, Hunter? —Le susurro, cerca de sus labios.

El empuja mi cuerpo en un movimiento rápido, me presiona contra la pared, toma mi dos manos y las sube hasta mi cabeza.

—¿Es eso lo qué quieres, Leah? —Susurra de manera ronca acercando su rostro a mi oído. rozando sus labios húmedos contra mi piel, haciéndome sentir un pequeño hormigueo en todo mi cuerpo. —¿Quieres qué te folle, Leah? —Vuelve a preguntar, esta vez lamiendo mi cuello, dejándome completamente sorprendida y descontrolando cada una de mis hormonas.