Obsesión Irresistible

Capítulo 4||

Leah Johnson

Inmediatamente mi hermano se marcha, recojo mi bolso de la pequeña mesa, me arreglo un poco más el pelo en el espejo y bajo.

Hunter se encuentra sentado en uno de los sofá de la sala, tiene un grupo de papeles en su encima y un lapicero azul en la mano. Me acerco hasta estar al frente de él, inmediatamente capta mi presencia levanta su vista, frunce su ceño y deja los papeles a un lado.

—¿Necesitas algo? —Inquiere lentamente. Hay muchas cosas las cuales necesito de él.

—¿Por qué te quedaste? Podías llevar a las chicas y volver, es ilógico. —Le digo y este rueda sus ojos.

—Si piensas que me quedé por ti, déjame decirte que estas muy equivocada. Nial se ofreció a llevarlas y me pidió que mientras vaya avanzando con los papeles. Eso es todo. —Espeta y yo asiento, abro mi boca para responder pero el prosigue antes. —¿Qué hacías espiándonos anoche? Ya se que te gusto, pero j***r eso es demasiado. —Me dice y esta vez soy yo la que revolotea sus ojos.

—Estaban frente a mi habitación, además no es mi culpa de que gimas como una puta chica en su primera vez. —Hablo riéndome, Hunter se para de golpe, agarra mi brazo con fuerza, me presiona contra la pared y me acorrala. —¿Qué haces, idiota?

—Pues estoy seguro de que esos gemidos no me los sacarías tu ni en mil años. —Bramea molesto.

Yo acerco mi rostro a su cara, casi al punto de rozar nuestros labios, Hunter traga saliva. —¿Cómo es qué estas tan seguro? —Le susurro de manera ronca y sexy. Él me observa con fastidio, suelta mi brazo bruscamente y se aleja de mí.

—Eres una zorra. —Me gruñe con asco, mi hermano me llama puta y ahora él zorra. Genial. No muestro debilidad por su palabra ofensiva, simplemente sonrío y asiento.

—Lo se... Pero ten cuidado puede que algún día o en menos de lo que te imagines estés babeando por esta zorra. —Le advierto y él empieza a reír.

—Eso está muy lejos de pasar Leah, ya abre los ojos te dije claramente que no me interesas. —Replica con crueldad. Lo hizo, me rechazo pero eso no quiere decir que lo voy a dejar estar, dice no tener interés en mí pero sin embargo anoche parecía querer alejar a Logan de mi.

—Como digas. —Me encojo de hombros y comienzo a caminar hacia la puerta.

—¿A dónde vas? —Su voz interrumpe mis pasos.

Volteo levemente mi cabeza y lo veo otra vez sentado en el sofá mirándome detenidamente.

—Eso no te importa. —Le comunico, abro la puerta y salgo sin esperar a que responda.

Saco mi celular de mi bolsa y marco el número de Logan sin pensarlo. Quizás salió de aquí hace poco pero necesito a alguien que me lleve hasta la farmacia, tengo que comprar esas putas pastillas y él es justo la persona a quien debo llamar, ya que es tan responsable de esto como yo. Me responde al tercer tono.

—¿Qué pasa, Leah? —Pregunta y yo ruedo mis ojos.

—¿Ya repararon tu auto? —Le pregunto en respuesta.

—Justo ahora lo estoy recogiendo, ¿Por qué? —Cuestiona y yo vuelvo a rodar mis ojos.

—Necesito que vengas aquí en 10 minutos máximo. —Le informo y él gruñe a través de la llamada.

—¿Para qué? Que haya follado contigo no quiere decir que vaya a ser tu chófer ahora. —Expresa duramente.

—No seas imbécil, tampoco quiero que lo seas. Pero necesito a alguien que me lleve a comprar esos putos anticonceptivos, a menos que quieras que vaya con mi hermano claro. —Le digo y lo escucho maldecir.

—Estaré allá en 15 minutos. —Me comunica y cuelga.

Me siento en la pequeña cera que hay fuera de mi casa, pongo uno de los juegos de mi celular y empiezo a jugar mientras espero. Escucho el sonido de la puerta abrirse a mi espalda por lo que me sobresalto y doy un pequeño brinco en mi lugar.

—¿Por qué estas sentada aquí? —Me pregunta la voz ronca de Hunter.

—Estoy esperando a alguien. —Respondo sin voltear.

—Ahora resulta que sales con alguien, irónico. —Espeta con burla. Yo decido levantarme, voltear y encararlo.

—Deja de estar cuestionando lo que haga o lo que no, por que ninguno de ello es tu problema. El que me gustes no te da ese derecho. —Le aclaro mientras entro mi celular en mi pequeña bolsa, Hunter abre la boca para responder pero el sonido de la bocina del auto de Logan lo interrumpe. —Nos vemos. —Le vuelvo a decir y me despido con la mano, Hunter se queda observando a Logan con el ceño fruncido mientras que Logan me observa a mí. Camino hasta su auto y entro sin más.

—¿De qué hablaban ustedes dos ahí afuera? —Pregunta y empieza a conducir. Yo lo observo con una de mis cejas alzadas. ¿Este también? ¿Cuáles son sus putos problemas?

—No es asunto tuyo. —Le reprendo y este se ríe.

—No lo es, solo que es muy extraño verte hablando tan cercana con el novio de tu mejor amiga. —Dice y se encoge de hombros.

—Por sí no lo sabías, antes de que fueran novios éramos y somos amigos. ¿O es qué ahora esta prohibido que le hable? —Inquiero con indignación. Logan me observa por unos segundos.

—No, claro que no. —Replica y yo poso mi mirada en el ventanal, ninguno de los dos vuelve hablar por lo que el transcurso es silencioso.

Unos minutos más tarde se detiene frente a una enorme farmacia, la cual es de dos plantas y es atendida por médicos.

—¿Puedes compararlas tu, por favor? —Le pregunto y él solo asiente. Entro la mano en mi bolsa para sacar el dinero, se lo tiendo y él niega.

—Las compraré yo. —Me dice y sale del auto.

Unos 20 minutos después vuelve a entrar, con dos botellas de agua y un cartón de las pastillas. Me tiende el cartón de pastillas y una de las botellas de agua.

—Con dos eran suficientes. —Le digo y este rueda sus ojos.

—Puedes guardarlas para cuando se te ocurra otra estupidez así. —Espeta y da la vuelta con dirección a mi casa.

Me tomo dos de las pastillas y hablo.

—Puedes dejarme en el centro comercial. Tengo que comprar algunas cosas para nuestro viaje. —Expreso sin emoción alguna y este asiente en silencio, vuelve a dar la vuelta y esta vez conduce con dirección al centro comercial.

Mañana nos iremos de viaje, al viaje que propuso Maya para ser exactos, estaremos allá por una semana por lo que necesito bikinis sexys y ropa con la cual provocar a mi querida presa, Hunter.