Alexander sigue a Daniel, hacia la oficina dónde estaba el discutiendo con Estella, hace un momento.
—Bueno Alexander, antes que nada, quería disculparme contigo por lo sucedido el viernes —dice apenado, sentandose en la silla detrás del escritorio— yo no soy una persona de estar ebrio, la verdad no se que me pasó.
—No te preocupes Daniel, eso nos ha pasado a todos —dice Alexander sin tomarle tanta importancia— lo bueno es que estábamos allí, y pudimos ayudarte.
—Si, la verdad estoy muy apenado y a la vez agradecido por llevarme a mi casa... Estella me dijo que le fuiste de mucha ayuda... ¡ah! sobre todo en el ascensor —dice recordando.
—Si, ella no quería dejarte allí, e insistió mucho en que te fueras con ella, pero tú no querías irte, querías seguir bebiendo. No parabas de hacerme p
