El día que Alejandro regresaría finalmente había llegado, y Valerie no podía contener su emoción. Después de una semana de estar separados, la casa se sentía vacía sin él. Cuando escuchó el auto detenerse frente a la casa, su corazón dio un vuelco y se apresuró a abrir la puerta. Alejandro apenas había salido del auto cuando Valerie se lanzó a sus brazos, envolviéndolo en un abrazo cálido y lleno de amor. —Te extrañé tanto, Alejandro. —dijo Valerie, con una sonrisa radiante. Alejandro la abrazó con fuerza, sintiendo cómo la tensión de la semana se desvanecía al tenerla nuevamente en sus brazos. —Yo también te extrañé, amor. —respondió Alejandro, besándola tiernamente—. No sabes cuánto necesitaba esto. Valerie lo tomó de la mano y lo guió hacia el interior de la casa, donde la calidez

