Shelsy se había encargado de evitar algún encuentro con Alejandro en la oficina, mientras hacía el papeleo para el cambio y recogía sus cosas. Su ánimo decayó tanto que apenas tenía fuerzas para continuar el día a día. La culpa y la tristeza la habían envuelto, haciéndole difícil concentrarse en cualquier cosa. A parte de eso, tenía el deseo de hablar con Valerie aunque sabía que ya Alejandro le había informado de lo sucedido. Era de tarde cuando su teléfono sonó. Shelsy miró la pantalla de su teléfono quedándose congelada en su lugar. Todo su interior se estremeció al ver quien la estaba llamando. Tomando una respiración profunda, Shelsy aceptó la llamada y se llevó el celular al oído —Valerie...—dijo con voz temblorosa. —Hola, Shelsy. —respondió Valerie, su tono tranquilo que en

