Alejandro se deshizo de su ropa, su cuerpo grande se cernió sobre el de Valerie. Este empezó a dejar besos por toda la piel de la chica, tomándose su tiempo en saborear cada porción. Valerie apretó los labios reteniendo los gemidos y jadeos que luchaban por escapar de su boca, concentrada en la sensación que le provocaba cada toque. Alejandro besó y acarició cada aparte del cuerpo de Valerie, dejándola completamente desnuda y temblorosa debajo de su cuerpo. Cuando estuvieron sin ninguna porción de ropa que le estorbará, Alejandro se posicionó entre las piernas de Valerie sin apartar la mirada de esta. —Eres hermosa...—susurró el hombre, mientras depositaba un beso en los labios de la chica. —Alejandro.—musito está más como un ruego. Provocando que una sonrisa peligrosa apareciera

