Varios años habían pasado desde que Valerie y Alejandro se casaron. Durante esos años, habían construido una vida llena de amor y felicidad junto a su hija Cristine y la mamá de Valeria. Ese día, estaban organizando una fiesta de cumpleaños para Cristine. La casa estaba llena de globos, decoraciones y regalos. Cristine, con su sonrisa radiante, ayudaba a sus padres a preparar todo para recibir a sus amigos y familiares. —Mamá, ¿dónde está la piñata? —preguntó Cristine, emocionada. —Está en el garaje, cariño. —respondió Valerie, sonriendo—. Papá la traerá en un momento. Alejandro apareció en la sala con la piñata en mano, sonriendo al ver la emoción en el rostro de su hija. —Aquí está la piñata. —dijo Alejandro, levantándola—. ¿Dónde la colgamos? —En el árbol del jardín. —sugiri

