Capítulo 18: La Decisión de Claudia No he dejado de pensar en la propuesta de Miguel desde que salí de su mansión. Sus palabras —“Quiero que seamos oficiales”— resuenan en mi cabeza como una melodía que no puedo silenciar. Amarlo es lo más fácil y lo más difícil que he hecho nunca. En la oficina, seguimos siendo un secreto, un equilibrio frágil de miradas y roces que nadie debe notar. Pero su deseo de dejar de escondernos, de gritar nuestro amor al mundo, me tiene el corazón dividido. Quiero estar con él, sin sombras, pero el miedo a las consecuencias —rumores, juicios, mi trabajo— me paraliza. Esta semana, sin embargo, algo cambió dentro de mí, y por primera vez, siento que estoy lista para dar un paso. El lunes llegué a la oficina con una mezcla de nervios y determinación. Me senté en

