Alejandro salió del trabajo con una clara misión en mente. Después de los recientes eventos y la decisión que había tomado Valerie de aceptar su propuesta de matrimonio, sabía que era el momento de encontrar el anillo perfecto para ella.
Su confesión había sido impulsiva y sincera, pero se había dado cuenta de que faltaba un elemento crucial.
El anillo de compromiso.
Condujo directamente a una joyería exclusiva en el centro de la ciudad, conocida por sus diseños únicos y elegantes. Al entrar, fue recibido por una dependienta sonriente.
—Buenas tardes, señor. ¿En qué puedo ayudarle? —preguntó la dependienta, con una sonrisa profesional.
—Buenas tardes. Estoy buscando un anillo de compromiso. —dijo Alejandro, con determinación en su voz—. Quiero que sea especial, único. Algo que haga qu
