Con 7 años llegue a chivacoa, no nací alli pero es como si lo hubiera hecho, mis años mas importantes los viví alli, un pueblo donde como en todo pueblo todos se conocen, o al menos casi todos, pues depende lo social que puedas ser.
Herede sangre Colombiana por parte de mi padre, Gabriel Ignacio, y sangre Venezolana por parte de mi Madre Deicy Magali, tuvieron una bonita relación según se, hasta que como el 70% de las familias Venezolanas, se separan, fue algo que puedo decir marco mi infancia, mi papa era mi héroe, y me costaba entender a esa edad, que simplemente no podían seguir, recuerdo sufrir mucho, tanto sentimental como socialmente, pues pase de vivir en una casa súper grande y cómoda, con una calidad de vida Media alta, a vivir en un cuarto durmiendo apretados en casa de mi abuela materna, quizás suene dramático, personas pasan cosas peores.
Para cerrar el caso de mis papas, no son perfectos, nadie lo es, me dieron la vida, decidieron tenerme y me quedare con las cosas buenas y bonitas que recibí de su parte.
De Gabriel Ignacio herede el gusto por los idiomas, por la música, por el buen vestir.
De Deicy Magali aprendí a creer en Dios, a respetar las mujeres, a no rendirme y a ser feliz, pues mi madre buscaba siempre la manera de sonreír.
El Perito agropecuario, ella Enfermera, tenían poco tiempo para nosotros sus hijos, pero aun asi recuerdo a mi papa disfrazarme y animándome a cantar, sus ojos brillaban mientras gritaba:
-"Eres mi artista, eres mi artista”, también recuerdo llevándome a Permagas, la empresa donde el era Gerente, y aunque mis cachetes sufrían por sus compañeras de trabajo, me agradaba ir con el.
Mi mama nos llevaba por helados cada que podía, y logro sacarnos del cuarto prestado que mi abuela nos cedió, para darnos una casa, y eso lo es todo para mi, lo de las arepitas sabrosas también es cierto, tuve suerte de crecer probándolas.
Mis hermanos Jesús (Chui) Armeicys (la piojo) y Ángel , solo Ángel, los 2 primeros mas serios , y Ángel el mas divertido, o mejor dicho payaso, siempre nos hacia reír y nos cuidaba.
Chui era nuestro consentido, siendo el menor, asmático desde bebe, lo protegíamos siempre, Armeicys no vivía mucho tiempo con nosotros, pasaba mas tiempo con su abuela paterna, pero recuerdo admirarla mucho porque practicaba Karate y tenia un montón de medallas obtenidas por su participación en competencias.
Si algo tuve desde niño, fue orgullo, quizás excesivo orgullo, y criterio propio, opinaba en conversaciones de adultos mi mama me decía todo con una mirada fruncida o a veces con un jalón de orejas fui muy aplicado en los estudios, y aunque humilde , muy presentable físicamente, incluso en casa vivía peinándome, bañándome en perfume y en zapatos, para mi estar en Chancletas era indecencia.
Veía el chavo, goku, tom y jerry, los Simpson, pero mi favorito era Rem y Stimpy, peleaba constantemente con mis amiguitos en el colegio, odiaba las burlas siendo un niño, y estuve en muchas actividades como futbol, béisbol, clases de canto, y modestamente era bueno en todo, pero muy inconstante.
Crecí oyendo cosas como: “que niño tan lindo” “que guapo es, que guapo será” ya a mis 13, yo me veía tremendamente común, cuerpo formadito pero no musculoso, ojos ordinariamente marrón oscuro, piel morena casi trigueña, y estatura promedio, no tenia el máximo interés en las chicas aun, (era feliz mirando tv, jugando futbol en la calle, ) hasta que descubrí que tenia cierta facilidad para obtener cosas de ellas, en muchos casos sin pedirlas...
Me enviaban cartas, me enviaban regalitos, me enviaban dulces, yo seguía mirándome al espejo y preguntando que me veían de especial, pues en mi inmadurez y desinterés mayormente las maltrataba y las veía llorar, veía sus ojos suplicándome amor o atención, pero eso en mi no existía, no crecí con mucho amor, al menos No afectivo, no sabia que era, no me podían pedir inventar algo, yo simplemente me amaba a mi, y no lo digo con orgullo, solo era egoísta, y no podía hacer nada para evitarlo, aunque mi mama me enseño a respetar a las mujeres, era lo menos que yo hacia.
Recuerdo veces que por pura diversión , me mandaban recados, yo les pedía pruebas de amor, (no la famosa prueba que piensan)
Les pedía cartas, regalos, y solo me reía de lo que escribían.
Si en estos momentos me están odiando, créanme que yo también, pero insisto, contare la verdad aunque suene como el mas idiota del mundo.
En vacaciones del colegio, visitaba a mi papa, que vive en otro pueblo, vaya que alli era muy popular entre las niñas, jugábamos al juego “la botellita” y nos pasábamos saliva a diario, tampoco sentí nada especial por ninguna chica, aunque si me metí en problemas, mentir tanto tiene sus consecuencias y aunque muchas me amaban, otras muchas me odiaban, y pronto gane fama de perro, pero seguía sin importarme, solo me importaba pasar tiempo con mi papa.
En esa época mi papa emprendió con un negocio de venta de empanadas en su casa, el también quería experimentar vendiendo en el terminal del pueblo, el cual quedaba cercano a su casa, yo lo apoye y a pesar de sentir demasiada timidez, iba con el desde muy temprano en la madrugada, con 1 o 2 jarras de jugo natural, parchita y guayaba eran los mas comunes, y una cava de 30 empanadas, que con el tiempo se convirtieron en 60
Algunos niños me molestaban, me decían “empanadero” no tenia nada de malo, pero lo decian despectivamente, como era costumbre en mi, resolvía a puños el asunto, puede que esa era la excusa perfecta para ellos molestarme, pues vivían con rabia por mi talento para las chicas, pero eso es solo una teoría.
No volví a casa de mi papa, pues se separo de su nueva pareja, en cierto punto fui feliz por la noticia, sentía que ella me odiaba, aunque no puedo saberlo con certeza, la mayoría de recuerdos de su trato hacia mi eran ásperos, pero supongo que si permitía mi visita, me cocinaba, y hasta me lavaba la ropa, no me odiaba tanto.
Ya con 14 años, empecé mi quinto año de bachiller, (si, me gradué a los 15 años), eso siempre represento un reto para mi en mi vida estudiantil, empecé a muy corta edad y siempre sentía que los niños(as) de mi sala, eran mas desenvueltos, mas aventajados, aun asi me las arreglaba para obtener buenas notas.
Nunca estudie mas de 3 años en un mismo colegio, por alguna razón siempre me cambiaban o me veía forzado a cambiar, no es que yo fuera persona de hacer muchos amigos, pero con tantos cambios se dificultaba aun mas, supongo.
Con 14 años decidí empezar a seguir a Cristo, fui continuamente a la iglesia hasta que me hicieron m*****o, recibí clases para ser bautizado y andaba a todos lados con mi biblia abajo del brazo, mis amiguitos por la casa empezaron a llamarme HERMANO BEBETO, lo primero por ser evangélico, lo segundo ya me lo decían desde niño, pues BEBETO era mi jugador de futbol favorito, tanto que escribí con marcador en una franela amarilla su nombre detrás, fue motivo de burla , los niños se reían y decian irónicamente “la franela original del equipo Brasil”, pero como no podía tener la oficial , yo era feliz.. y (celebraba lo goles meciendo mis manos como lo hacia el)
“Hermano Bebeto, Hermano Bebeto,” se oía mientras pasaba por las calles, fue una época muy bonita, mi corazón se llenaba cantándole a Dios, cumplía con las actividades de la iglesia, incluso sentía que era mejor hijo, mejor hermano, mejor amigo, pero lo único que no pudo cambiar el evangelio fue mi manía por romper corazones.
Entre las chicas de las iglesias también me hice popular, y seguía causándome diversión hacer tonterías como tener varias a la vez, pedirles que me dieran o hicieran cosas, hasta que me hice novio de la única que respete, pero creo que ni si quiera nos gustábamos, era mas porque yo vivía prácticamente con sus hermanos, o yo en su casa o ellos en la mía , eran 3 Chipilín, Elio y Frangir, tanto asi, que su papa aprobó nuestra relación y nos teníamos mucho estima, el nombre de la niña era Fanny, y hasta el sol de hoy somos amigos, y nunca nos vimos como novios nuevamente (si es que lo hicimos en esa época)
La vida como “hermano Bebeto” no iba mal, era un niño, no sentía ganas de Tomar alcohol, ni de otras cosas que pudieran llamarse “pecado” lo único, es que seguía en mi racha con las chicas, a pesar de lo tranquilo que estaba, sentía que hacia falta algo, la iglesia a veces se colocaba un poco fastidiosa, sentía que no me daban tanta importancia, o seriedad , pedí responsabilidades que me fueron negadas, creo que siempre me veían como un inmaduro, un niño, y eso me molestaba , quería protagonismo y no tenerlo me aburrió.
Llego un febrero y con ello uno de los mayores orgullos del pueblo, pero también una de las máximas tentaciones, ” el carnaval “
En mi pueblo eran tres días seguidos de desfiles de carrozas , comparsas y disfraces, mi tía política “Chica” (se llamaba francisca) también iba a la iglesia conmigo, y ese día me dijo:
- “Bebeto, vamos a mirar los carnavales, que le hace de malo”, yo sentí miedo, sentía que traicionaba a la iglesia, sabia que nos habían hablado de No ir a esas fiestas, hechas para el mundo, para celebración de la carne, fui muy fuerte el primer día, me quede encerradito en casa, pero el segundo día… no tanto.
Fui a casa de “chica” y le pregunte, ¿Cómo estuvo? ¿Te gusto? ¿Te sientes mal por eso? Ella sonrió y me dijo, yo creo que hasta tu tía Patata (una tía que tenia muchos años en la iglesia) siempre va a verlos, pensé “si mi tía va, teniendo años en la iglesia, ¿Cómo no ir yo, que solo tengo meses? Asi que me convencí, de que podía permitírmelo, fue la excusa perfecta, asi que un rato después me fui, con mi tía política Chica, y unos primos(as).
Me sentía mal pero emocionado a la vez, y es que si, estaba a punto de ver algo que daría un giro a mi vida..
Llegamos a la calle donde pasaría el desfile, decidimos ir al principio del desfile donde algunas comparsas practicaban sus bailes antes de salir a desfilar, y en otra calle cercana, había un escandalo de mujeres gritando.
¿Qué seria eso que emociona tanto a las féminas? Alcance a ver unas plumas coloridas moverse, y a su alrededor las chicas no paraban de gritar, supuse que era una comparsa (grupo de baile que desfila en carnaval) practicando, pero aun asi no sabia del porque provocaban tanta euforia.
Decidí acercarme, era la primera vez que veía algo asi, no era la comparsa común de chicas estilo Garotas brasileñas, eran hombres, si, eran alrededor de 15 o 20 muchachos con cuerpos musculosos bailando en tanga, coordinados y sensuales, no podía negar que generaban impacto, mientras los contemplaba atónito, vino a mi mente el recuerdo de mi papa gritando: “eres mi artista, eres mi artista” claro, sentí envidia, sentí deseo de ser uno de ellos, elevaría mi ego al siguiente nivel, si gritan por ellos, pueden gritar por mi, me gustan los aplausos, pero volví a mi realidad y dije “no se bailar” además, mañana tendría que ir a la iglesia, pedir perdón y olvidarme de lo que estaba mirando, no era mi mundo.
Un aplauso para LOS CHICOS DE BLANCAAAA decía alguien a través de un micrófono,, umm asi se llaman, me causo curiosidad el nombre, pero no tuve tiempo de averiguar, pues el desfile comenzaría y no quería perderme ni un ápice.
La tarde-noche transcurrió lenta, una a una las comparsas, carrozas, fantasías , disfraces, la fiesta de la carne en todo su esplendor frente a mis ojos, y ya casi no me sentía culpable, entre las comparsas alcance a ver algunas vecinas, chicas que estudiaban conmigo o en el mismo liceo que yo, y que me sorprendió tanto verlas, pues vivía alejado incluso a hablar de esos temas.
Termino el desfile, y conteniendo la emoción en el pecho, volví a casa, le conté a mi mama que había ido a los carnavales, esperando un ¿Qué HICISTE? Solo obtuve un “MAÑANA VAMOS JUNTOS”
Al día siguiente con menos remordimiento fui con mi mama, viví la misma emoción, a diferencia del primer día vi un detalle distinto, una niña llamada Yennibet, que vivía cerca de mi casa y de hecho representaban a nuestro barrio, bailaba en la comparsa, era atractiva físicamente, llevaba un traje de 2 piezas azules, con collares de pepas, y un tocado en su cabeza, mostraba la mayoría de su piel y eso se agradecía, mis amigos y yo íbamos a su casa a comprar helados que oportunamente vendían y que solo por verla gastábamos lo que teníamos, me sorprendió ver lo bien que bailaba, pero sin mas que un buen taco de ojo, no me emocione de mas.
Terminado el desfile volví a casa y aun pensando que decir en la iglesia, el por que había sido tan débil, pasaron días semanas , incluso un mes y no tuve que decir nada, simplemente no volví, y tampoco de la iglesia mostraron suma preocupación, total se fue el niño, el inmaduro, era lo que sentí que pensaban...