Helena se fue corriendo a su habitación, con el armario medio lleno de juguetes sexuales sin abrir. Vi la seguía de cerca, y curiosamente, Zoe también las seguía.
—Bien, ¿qué buscas? —preguntó Helena mientras rebuscaba para recordar qué había disponible—. ¿Algo interno? ¿Algo externo? ¿Ambas cosas? O... bueno, ¿quizás una varita mágica? Tienen un poder increíble, si es lo tuyo.
Vi miró el armario. "¿Sabes? A veces olvido a qué te dedicas. Y luego... y luego lo recuerdo".
—¡Mamá! ¿Cuántos vibradores usas? —preguntó Zoe con una risita.
"Son muestras gratis", dijo Helena. "¿Qué voy a hacer, no tomarlas?"
"Sí, me parece bien", dijo Vi. Tomó la caja que le ofrecían con la varita mágica que la compañía de Helena había fabricado. La examinó un momento y luego, pasando por delante de Helena,
