Prólogo
La historia que sigue transcurre en una época en la que aún no se habían inventado las comodidades modernas. No existían ni los concursos de la tele, ni los coches con airbag, ni los centros comerciales. ¡Ni siquiera existían los teléfonos móviles! Pero sí existían los arcoíris después de la lluvia, la mermelada de albaricoque con almendras dentro, los chapuzones improvisados a medianoche, y todas esas cosas que hoy en día se siguen apreciando. También existían, por otra parte, las penas de amor y la fiebre del heno, contra los que aún no se ha encontrado ningún remedio eficaz.
En pocas palabras, eran… otros tiempos.