Problema 1

1779 Words
~ El curso del verdadero amor nunca ha ocurrido sin problemas ~ ~William Shakespeare [...] Travis —¡No puedo creerlo Travis! ¡Es la décima en esta semana! —Mi padre arrojó frente mi la revista que tenía en sus manos —¡estoy cansado de tu maldita actitud irresponsable! —Gritó por milésima vez. Ya estaba acostumbrado a sus constantes quejas y represalias cada vez que una nota como la que tenía en su mano salía a la luz. Esta semana una famosa revista de chismes publicó en su portada una imagen mía con una modelo saliendo de un prestigioso hotel de Nueva York. Mi vida se resumía en una simple palabra. Libertad. Solía viajar de arriba a abajo, de un lugar a otro ¿cuál era la diferencia? Jamás pasaba más de una semana en un mismo lugar, además gracias a mi atractivo y mi apellido las mujeres hacían fila para salir conmigo; sabía lo que buscaban de mí y yo les daba lo que querían. Yo soy el futuro heredero de las Industrias Haider y cuando tomara la presidencia, mi libertad pasaría a la historia, así que lo mejor sería disfrutar el poco tiempo que durara, después de todo mi padre estaba a solo unos meses de retirarse. —¿Hasta cuándo dejarás de salir con cuanta mujer se te cruza en el camino? ¿Hasta cuándo lograrás sentar cabeza y formar una familia? —Dejé de jugar con el bolígrafo que tenía en mi mano en cuando escuché esas palabras. ¿Matrimonio? Ni pensarlo.  Con tan solo escuchar esa palabra mi cuerpo se estremecía, no iba a echar a perder mi preciada libertad por complacer los ridículos ideales de mi padre. Él era hombre de la vieja escuela y al igual que mi madre, creía que debía encontrar una mujer, casarme y tener hijos, pero por desgracia no compartía sus ideales. Soy un hombre de ambiciones y mi meta es hacer crecer la compañía y extenderla a un nivel internacional. Una esposa solo sería un obstáculo para mis objetivos, además ¿para qué tener a una sola mujer si puedes a tener a varias? —No he encontrado a la indicada —me encogí de hombros, esa mentira ya era tan conocida por mi padre que ya no tenía la misma validez. —Por el amor de dios, Travis ¿qué harás cuándo yo muera? ¿Me negarás la dicha de ser abuelo? —No pude evitar rodar los ojos, en algunas ocasiones mi padre podría ser muy dramático cuando se lo proponía. —Padre, ya hemos hablado de esto —solté un bufido, estaba harto de tocar el tema —por el momento no me interesa formalizar una relación. «Ni ahora, ni nunca» —¿Qué tal Denisse? Es una mujer agradable y parece tener interés en ti —una chica rubia de gruesos labios vino a mi mente. Un escalofrío recorrió mi columna vertebral al imaginarme casado con esa mujer, Denisse era atractiva, no podía negarlo y tuvimos uno que otro encuentro que terminaban en un hotel y una cama; sin embargo, ella no era mi tipo. Una mujer frívola, manipuladora y que solo le importaba su estatus social no era de mi interés. La fama y el prestigio que había ganado a lo largo de mi carrera solo eran míos y no me interesaba compartirlo con alguien más, además una de las especialidades de Denisse Carter era mostrar algo que no era. Frente a la sociedad era la dulce Denisse, pero yo era una de las pocas personas que conocían su verdadera cara. —Ella es solo una conocida —el término amiga estaba muy lejos de Denisse. —¿Qué haré contigo Travis? —Solo déjame seguir mi camino —dije alzando la voz. Mi padre me miró resignado.  —He aportado a Industrias Haider los mejores años de mi vida y gracias a mi trabajo la compañía se ha extendido por todo el país. —No me quejo de tu trabajo hijo, solo quiero que seas feliz y no desperdicies tu juventud solo —miré a mi padre conmovido. Sabía que él quería lo mejor para mí, pero su idea de felicidad no tenía el mismo significado para mí. —Soy feliz con mi vida padre y llevaré a Industrias Haider a la cima tal y como yo sé —finalicé. Mi padre suspiró y después me miró resignado. —Está bien, pero tengo una condición —elevé una ceja esperando su propuesta —no quiero ver una nota como esta otra vez. —Hecho. Él dejó caer nuevamente sobre la revista sobre la mesa, la cual enmarcaba un enorme subtitulo: TRAVIS HAIDER EL HEREDERO MÁS CODICIADO HA SIDO VISTO CON SU NUEVA CONQUISTA. ¿SERÁ ELLA LA DEFINITIVA? No pude evitar sonreír ante tal nota, desde que tengo memoria mi nombre siempre ha adornado los encabezados de las revistas, los informes a cerca de mis negocios y de como he logrado hacer crecer mi compañía y a mis treinta y dos años dan mucho de qué hablar; sin embargo, eso no es lo que me hace famoso entre la sociedad de Beverly Hills Simplemente este soy yo y nada no nadie podrá cambiar eso. Salí del despacho de mi padre cuando mi celular se iluminó con el nombre de Dylan Mills, mi mejor amigo y socio de las Industrias Haider. —¿Qué hay Dylan? ¿Algún plan para esta noche? —¿Qué te parece una fiesta en el yate de Patrick Colleman? — sonreí con malicia, sería un placer joderle la vida a Patrick después de todo. Ese idiota además de ser nuestra competencia por más de cinco años es mi primo lejano, pero a pesar de sus absurdos esfuerzos por robar a nuestros clientes, su compañía no ha logrado ni la mitad de lo que Industrias Haider ha logrado en dos años. —Te veré allá. [...] El viento y el aroma a sal marina llenó mis fosas nasales en cuanto pisé el yate, era una excelente combinación en un día caluroso de verano; había una cantidad considerable de personas, tenía que admitir que Patrick hacía sus fiestas en grande, pero no se comparan a las mías. —Has venido en el mejor momento —comentó Dylan. Él señaló a Patrick quien estaba rodeado de varios de sus socios y una mujer, Patrick estaba cerca del DJ con un micrófono en la mano. —¿Por qué? —Me coloqué al lado de Dylan restándole importancia; tomé una copa de champagne que me ofrecía la camarera, le guiñé el ojo como agradecimiento provocando un sonrojo por parte de ella. —No pierdes el tiempo ¿eh? —bromeó mi amigo. —¿Qué te puedo decir? Está en mi naturaleza —podría sonar como una broma, pero era verdad —aunque no es mi tipo —miré nuevamente a la chica y ella no dejaba morderse el labio cada vez que me miraba. —Sabes que a mí me gustan las mujeres de piernas largas y senos grandes, pero tal vez pueda hacer una excepción y pasar un buen rato. ¿Qué se supone que está haciendo? —dije cuando miré lo patético que se veía Dylan tratando de llamar la atención. —Al parecer quiere dar un anuncio —Dylan le dio un trago a su champagne. —Seguramente se trata de un nuevo intento desesperado para conseguir clientes. —Damas y caballeros espero que estén disfrutando de la velada —dijo Patrick llamando la atención de todos —Esta noche es muy especial y por eso quisiera dar un anuncio —él tomó de la mano a la mujer que lo acompañaba y la acercó a él. —Creo que esto va a ser interesante —se burló Dylan, yo solo sonreí como respuesta. —Esta noche me complace informarles que esta hermosa mujer a mi lado ha aceptado ser mi esposa —miles de aplausos y felicitaciones resonaron por todo el lugar, todo gracias a que Patrick Colleman, el segundo soltero más codiciado estaba comprometido. Patético. —No sé si felicitarlo o darle mis condolencias —dije con sorna. —Creo que la última —bromeó mi amigo. —Caballeros —saludó Patrick quien venía acompañado de su prometida. —Enhorabuena Patrick, felicidades —dijo Dylan. —Felicidades —miré a Patrick para después mirar a su prometida, era linda pero no demasiado —y para usted también señorita.... —Sabrina —respondió ella con una sonrisa. —Un placer Sabrina —tomé su mano y deposité un beso en su dorso. —Sabrina ¿por qué no vas a atender a nuestros invitados? — sugirió Patrick, la chica asintió para después marcharse dejándonos solos. —Parece que por fin logré vencerte en algo, eh Travis —sonreí ante su comentario. —Por supuesto que me has superado — la sonrisa socarrona de Patrick se hizo más amplia —En cometer otro error, sabes que yo jamás haría una estupidez como casarme. Patrick sonrió. —Parece que no lo sabes — lo miré confundido y al parecer la confusión de mi rostro lo deleitó —¿En realidad no lo sabes? —¿Saber qué? —Sabes, hay una cláusula que se asignó a todas las corporaciones de nuestra magnitud —comenzó a explicar. —Esa cláusula específica que si el heredero de la compañía no tiene descendencia podría perder su puesto y disolver la compañía dando a los demás accionistas la oportunidad de asumir la presidencia —miré a Dylan pidiendo una explicación, pero el parecía igual de confundido que yo —y creo que Industrias Haider puede llegar a pasar a la historia gracias a que no quieres cometer la estupidez de casarte. Tensé mi mandíbula, no iba a dejar que este imbécil me intimidara, además esa cláusula de la que hablaba no está dentro de nuestra compañía o eso espero. —Si la cuestión es tener un hijo, no veo el problema —le mostré una de mis mejores sonrisas —no me molestará demostrar mis conocimientos en biología, soy un experto en el tema de reproducción humana. —Tal vez; sin embargo, el futuro heredero deberá nacer dentro de un matrimonio sino puedes olvidarte de ser el futuro dueño de Industrias Haider —después de eso se fue. Ese imbécil tenía la idea de que iba a perder mi imperio, pero estaba equivocado. No iba a dejar que nadie me arrebatara lo que he logrado en este tiempo, haría lo que fuera por salvar mi puesto, pero de algo estaba seguro, casarme no iba a ser una opción.
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