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AMELIE
Despierto sintiendo un gran peso en mi cabeza.
—Amy, Amy —susurra Caty y apenas puedo abrir los ojos.
—Debes levantarte, bella durmiente o llegaremos tarde a la carrera de hoy —dice y llevo una mano a mi rostro —, hay un jugo de naranja en tu mesa de noche y un par de pastillas para el dolor de cabeza que seguro estás sintiendo —. Veo que se mueve en la habitación.
—¿Fui atropellada? —cuestiono al moverme y sentir el malestar en mi cuerpo, escucho una risita.
—Resulta que nuestro español no es tan bueno después de todo y ayer en lugar de recibir nuestros cocteles sin licor, recibimos unos con mucho del mismo con bastante de azúcar, por lo que no pudiste detectarlo, terminaste ebria en dos segundos —explica sentándose frente a mí.
Me siento en la cama y tomo el vaso
