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AMELIE
Miro sus ojos y puedo ver el deseo en ellos, pero siento que no es el momento, siempre pensé que mi primera vez debe ser con un hombre maravilloso, bueno y que trate como a una princesa, como lo hace el chico frente a mí, pero no solo es eso, debo amarlo con locura y él a mí y ojalá después de estar casada, es evidente que aún no amo a Dam, así que no, no será hoy ni de esta forma.
—Lo siento, no puedo —dejo caer mis manos de sus hombros y Dam asiente.
—También lo siento, me dejé llevar por el momento —se aleja y se pone de pie—, no sé en qué estaba pensando, no quiero presionarte a hacer algo que no deseas —despeina su cabello.
—Está bien, lo entiendo —me acerco a él y acaricio su rostro—, y gracias por entenderme.
—Siempre lo haré —posa su mano sobre la mía y se
