La mano del fae se instalo sobre su hombro logro sacarla de sus pensamientos, Olivia suspiró antes de girar su cabeza para poder ver detrás de si misma. - Estoy bien, no te preocupes. – La dulce voz de la joven fue acompañada de una mirada tierna que iba dirigida al mestizo, quien al verla tan segura se permitió tranquilizarse unos cuantos minutos. – No es nada importante. - Todo lo que involucre su bienestar es importante. – Las palabras del joven de ojos avellana causaron que la Emperatriz girara su rostro, encontrándose con aquella mirada estoica mientras picaba su pescado. – Siéntate Alex. - ¿Desde cuándo me das ordenes? – Lefevré realizo un pequeño puchero mientras se cruzaba de hombros - ¿Acaso eres mi mamá? – Su comentario causo risa en los miembros de la casa Imperial - Desde n

